United States or Syria ? Vote for the TOP Country of the Week !


Había creído observar desde hacía algún tiempo que el matrimonio de los inválidos guardaba grandes deferencias y una simpatía por extremo afectuosa hacia el marquesito. Y de ello dedujo que no verían con malos ojos que se rompiesen sus relaciones con Clara y que ésta las anudase con aquél.

Esta vez, M. L'Ambert montó en cólera, a pesar de no habérsele hecho ninguna observación, y mandó a buscar otras gafas a un establecimiento rival. Pero hubiérase dicho que todos los ópticos de París se habían puesto de acuerdo para que se rompiesen sus gafas en la nariz del pobre millonario. Nada menos que doce sufrieron igual suerte, unas tras otras.

Que fuesen los Misioneros de los Chiquitos los primeros que rompiesen el camino, que por una contingencia no quería, á tanta costa, exponer otros sujetos en aquella trabajosa empresa.

Nos precipitamos todos a la proa, temiendo que las aguas se rompiesen con estruendo en el filo del buque, como hemos notado en puntos donde la corriente era menor. Nos chasqueamos; no hay fenómeno exterior, a no ser la lentitud de la marcha, que revele encontrarnos en el seno de aquel torbellino. ¡Bah! ¡cuestión de treinta o cuarenta libras más de vapor! dice el capitán.

De pronto, sonrió con pueril expresión de venganza. «¡Gallego!...» Y le volvió la espalda orgullosa de este saludo de despedida. Fernando se encogió de hombros, satisfecho y molesto al mismo tiempo. Llegaba la deseada liquidación de su vida oceánica. Había bastado que el buque se aproximase a tierra, para que se rompiesen por solas todas las relaciones establecidas en el curso de la navegación.

Clemente le respondió que no acostumbraba á tratar partidos, sino pelear, y pues él era de aquel parecer y era su General, que tratase lo que quisiese, que él le tenía como la persona del Rey, y así acordó que el Coronel Mas tratase partidos con los enemigos; y tardaron tanto en ello, que dieron lugar á que los esquifes llegasen y rompiesen la palizada y saqueasen las galeras, donde tomaron á todos en prisión.

Todo lo zanjaba de golpe y porrazo; para él no había dificultades. Tan pronto me proponía facilitarme medios para marcharme con Gloria al extranjero, como hacer prender a don Oscar por conspirador carlista o pagar a unos gañanes para que le rompiesen la cabeza, etc. Sus proyectos eran siempre expeditivos y penables por el Código.

El acento desesperado con que llamaba á la Virgen, revelaba el egoísmo de la vida, agarrándose á la última esperanza, implorando un milagro, con la ilusión de que, en favor suyo, se rompiesen y transtornasen todas las leyes de la existencia. Al verse de nuevo en la plaza, Goicochea miró al templo y se descubrió como si le pesara volver á la villa sin saludar á la imagen.

Y viendo esto el capitán D. Juan de Castilla, y habiéndole avisado un paje de Su Excelencia, llamado Calveti, que los soldados hablaban con los turcos y que tomaban pan y agua y fruta que les daban, hizo retirar y puso de guardia en la dicha batería á su alférez D. Diego de Castilla, su hermano, y al sargento del capitán Olivera, que se llamaba Valdés, y éste quedó después captivo en Trípol, y entrambos á dos eran muy valientes soldados, y dióles orden que no dejasen llegar á nadie á la batería, ni menos que tomasen cosa alguna de los turcos, y él entre tanto entendía en repararse y apercibir y poner en orden á los soldados que allí tenía para defenderse, determinado de hacer todo lo posible hasta la muerte; y así mandó á su alférez que quemase la bandera, y á sus criados que rompiesen y echasen en el fuego unos reposteros suyos, porque tenían el escudo de sus armas, y esto hizo á fin que los turcos no podiesen hacer triunfo con su bandera como hicieron de las otras que ganaron de los nuestros, colgándolas de las entenas de sus galeras, y así dió á saco lo demás de su ropa y no quiso salvalla dentro del castillo, como lo hicieron otros Capitanes y gentiles-hombres; también quería que quedase allí su ropa y lo que tenía.

Desnoyers oyó golpes que resonaron dentro de su pecho. ¡Ay, su mansión histórica!... El general iba á instalarse en ella, luego de haber examinado en la orilla del Marne los trabajos de los pontoneros, que establecían varios pasos para las tropas. Su miedo de propietario le hizo hablar. Temía que rompiesen las puertas de las habitaciones cerradas; quiso ir en busca de las llaves para entregarlas.