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Las muecas de la cabeza esculpida, al moverse por medio del resorte de la manera ya indicada, divirtieron mucho a los jóvenes brasileños, y no pocos se apresuraron a ser presentados a Juan Maury para que les enseñara el bastón, cuyo éxito fue tan grande que le pidieron las señas de la ciudad y de la tienda donde le había comprado, y pidieron una buena remesa de ellos para Río.

Cuando no pellizcaba a las compañeras, les escribía cartitas amorosas poniendo la firma de un hombre, o les mandaba retratos de la hermana que les daba lección, hechos con lápiz. Cuando la dejaba cerrada en la buhardilla, hacía señas y muecas a las oficialas de un taller de modistas que había enfrente.

Estas llenaban los bordes de las ventanas y puertas, y la pared de la casa mostraba una fachada de muecas. Enfrente, el escaparate del Marabini, lleno de magníficos brillantes, manifestaba al público tentadoras riquezas. «Dejemos esto, chica dijo D. José a su ahijada, que miraba embebecida las joyas . Esto no es para nosotros». De repente la de Rufete anduvo hacia la Puerta del Sol. «¿Otra vez?

La impresión que uno siente es fuerte, mucho más que la que produce el mono, cuyas muecas nos son antipáticas. Nunca olvidaré las focas del Jardín Zoológico de Amsterdam, delicioso museo, tan rico y bien organizado, y uno de los sitios más encantadores que existen en el mundo.

Acomodados así los hijos, los padres permanecían un rato en la pieza principal, y mientras Centeno, sentándose estiradamente junto a la mesilla y tomando un periódico, hacía mil muecas y visajes que indicaban el atrevido intento de leerlo, la Señana sacaba del arca una media repleta de dinero, y después de contado y de añadir o quitar algunas piezas, lo volvía a poner cuidadosamente en su sitio.

Estaba furiosa. «¡Su don Víctor! ¡Aquel idiota! , idiota; en aquel momento no se volvía atrás. ¡Qué diría Petra para sus adentros! ¿Qué marido era aquel que cazaba con trampa a su esposa?». Miró a la luna y se le figuró que le hacía muecas burlándose de su aventura.

Dicen que un nuevo idioma es una nueva alma, y hay algo de verdad en esto; yo comprendía, al oír aquellos muchachos, que no sólo no sabía el castellano, sino que mi alma era distinta a la suya. Yo me sentía otra cosa, pero no tenía el valor ni la fuerza para creer que mi espíritu, más concentrado y más sobrio, valía tanto como el de ellos, todo expansión, palabras y muecas.

Lo mismo fue verla Maximiliano, que se turbó cual si le hubieran sorprendido en un acto vergonzoso. «¿Qué buscas aquí, chiquilla sin vergüenza?». Por toda contestación, la rapaza le enseñó medio palmo de lengua, plegando los ojos y haciendo unas muecas de careta fea de lo más estrafalario y grotesco que se puede imaginar. , bonita te pones... Lárgate de aquí, o verás...

Mientras se acercaba lentamente hacia ellos ejecutó un sinnúmero de muecas y visajes, expresando alternativamente el dolor, la protesta y la resignación. Sentose de nuevo en silencio entre los dos, y en silencio también y con rara energía apretó las manos a Mario fijando en él al mismo tiempo una mirada de indefinible tristeza.

Va usted a ver una de las mejores mozas del partido, más derecha que un pino, bien armada y bien plantada... Se chupará usted los dedos... Las muecas que el seminarista hizo al proferir tales palabras no son para descritas. Sus ojos acuosos brillaron como diamantes brasileños y la volcánica nariz se estremeció de júbilo.