United States or Norway ? Vote for the TOP Country of the Week !


Pues mire usted, hombre, que le ha costado ya dinero y disgustos esta mojiganga política... emigrado, encausado, maltratado... y se libró de ir a las Marianas... no cómo.... Hay humor para todo en este mundo sublunar.... ¡Y decir que cuando Dios produce chicas como esa se ocupen en politiquear los muchachos!

Fué bajo el gobierno de este virrey cuando, en 1635, aconteció la famosa quiebra del banquero Juan de la Cueva, en cuyo Banco dice Lorente tenían suma confianza así los particulares como el Gobierno. Esa quiebra se conmemoró, hasta hace poco, con la mojiganga llamada Juan de la Cova, coscoroba. El conde de Chinchón fué tan fanático como cumplía a un cristiano viejo.

Justamente; el Sr. de Congosto tiene razón replicó Quintana . La maldad no ha existido en el mundo hasta que no la hemos traído nosotros con nuestros endiablados libros... Pero todo se va a remediar con vestirnos de mojiganga. Pero en último resultado preguntó la condesa ¿hay Cortes o no? , señora, las habrá. Los españoles no sirven para eso. Eso no lo hemos probado.

Entre un estrépito de aplausos y vivas a Brull, la negra avalancha se dirigió a la iglesia. Había que hablar con el cura para sacar el santo, y el buen párroco, bondadoso, obeso y un tanto socarrón, se resistía siempre a acceder a lo que él llamaba una tradicional mojiganga.

En aquellos días de aventuras y pilladas y esparcimiento, cualquiera que hubiese tenido interés en seguir los pasos de este desgraciado chicuelo le habría visto encaramándose en la verja de la puerta principal de la Plaza de Toros para alcanzar a ver algo del ensayo de la mojiganga, o bien jugando en los tejares adyacentes, o en el río entre las lavanderas.

Mama Salomé, reina de mojiganga o de mentirijillas, no se parecía a los soberanos de verdad, que cuando sus vasallos los echan del trono poco menos que a puntapiés, se van orondos a comer el pan del extranjero y engordan que es una maravilla, y hablan a tontas y locas de que Dios consiente, pero no para siempre, y que como hay viñas, han de volver a empuñar el pandero.

D. Pedro los cincuenta uniformes amarillos y encarnados que le estamos haciendo, todos galoneados de plata y cortados en forma que llaman de española antigua. Me temo mucho dijo Amaranta riendo que D. Pedro y otros tan extravagantes y locos como él, pongan en ridículo a Cortes y procuradores, pues hay personas que convierten en mojiganga todo aquello en que ponen la mano.

Además, ella no pedía ninguna catástrofe, ningún duelo a muerte; contentábase con un poco de ruido, un duelo de mojiganga como tantos otros: cruzar un par de tiros e irse después a almorzar en Fornos... Ella se encargaba del almuerzo y haría poner, desde luego, écrevisses

Alejandro vistió su uniforme de «Tenorio», color blanco y celeste, con gorra de oficial de marina, espléndido specimen de mojiganga criolla; se echó al bolsillo el triángulo, su instrumento oficial en la comparsa de los «Tenorios» y esperó a Graciana acurrucado debajo de la escalera, completamente a obscuras en el acto de la evasión de los dos danzantes fugitivos.

Si ahora no hay toros, mentecato. Pero hay novillos y mojiganga. ¿Y cómo sabes eso? Por los chicos... Si no me das dinero, no te quiero. Mañana te daré unos cuartitos... ¿Cuartitos? eres rica dijo pasando la vista con malicioso examen por los diversos objetos que Isidora poseía . tienes dinero, porque has comprado estas cosas ricas, y yo no tengo nada, nada; soy un pobre».