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Hace un momento hallábame tan abstraído, tan engolfado con el pensamiento en ideas y cosas de mi familia que sin saberlo, aparté en el plato y corté con mi cuchillo los pedacitos con que suelo engolosinar a Juanillo Jacobo cuando come junto a . Me parecía que el pequeñuelo estaba a mi lado y que los demás distaban poco. Esto es tan frecuente en , Sr.

Hace algunos meses me aficioné de nuevo a la coquetería; amábame uno, y yo también le amaba. Entonces fué cuando descubrí la verdad: no era ya tan bella. Evidentemente, con los trampantojos ordinarios de la toaleta todavía causaba cierto efecto a la luz artificial. De regreso en mi casa, hallábame cara a cara con la verdad.

Hallábame ya á más de un tiro de piedra de la choza, cuando detrás de mi precipitado y pesado paso; al mismo tiempo, un resuello gutural, casi un estertor, salía de aquel ser que me perseguía y me daba alcance. Volvíme y una pobre cretina, cuya papera, bazuqueada por la carrera, oscilaba pesadamente de uno á otro hombro.

Después de las primeras semanas de romper con Elena, una noche no pude evitar asistir a un baile. Hallábame hacía largo rato sentado y aburrido en exceso, cuando Julio Zapiola, viéndome allí, vino a saludarme. Es un hombre joven, dotado de rara elegancia y virilidad de carácter. Lo había estimado muchos años atrás, y entonces volvía de Europa, después de larga ausencia.

Hallábame, como he dicho, sin saber cuál de mis notas escogería por más inocente, y no encontraba por cierto mucho que escoger, cuando me deparó felizmente la casualidad, materia sobrada para un artículo, al anunciarme mi criado a un joven que me quería hablar indispensablemente.

Yo he presenciado una escena campestre digna de los tiempos primitivos del mundo, anteriores a la institución del sacerdocio. Hallábame en la Sierra de San Luis, en casa de un estanciero cuyas dos ocupaciones favoritas eran rezar y jugar.

Vime con ganas de cenar y sin qué poder llegar a la boca, salvo agua fresca de una fuente que allí estaba; no supe qué hacer ni a qué puerta echar; lo que por una parte me daba osadía, por otra me acobardaba; hallábame entre miedos y esperanzas, el despeñadero a los ojos, y lobos a las espaldas; anduve vacilando; quise ponerlo en las manos de Dios; entré en la iglesia; hice mi oración, breve, pero no si devota; no me dieron lugar para más, por ser hora de cerrarla y recogerse.

Si bien mi tía no me pegaba, desquitábase en cambio diciéndome cosas chocantes. Había adivinado que me dolía ser tan pequeña y no perdía ocasión de herir ese punto vulnerable; me llamaba fenómeno y me repetía que era fea. Poco tiempo antes, hallábame yo misma muy linda y tenía mucho más confianza en mi opinión, que en la de mi tía.

Cuando el astro tocó al término de su carrera, una banda vaporosa y ondeada que bordaba á lo lejos el límite del extremo de los pantanos, purpureóse de repente con la luz del incendio y guardó por un momento la irradiada transparencia de una nube surcada por el rayo; hallábame entregado todo entero á la contemplación de este cuadro verdaderamente sellado por la grandeza divina, y que atravesaba como un rayo más el recuerdo de César, cuando una voz baja como oprimida murmuró cerca de : ¡Dios mío, esto es magnífico!

Ceniciento velo ocultaba las rocas y sólo podía yo divisar á trechos vagas masas negras y amenazadoras que, según lo espeso de la bruma, se acercaban y alejaban alternativamente. Hallábame transido de frío, entristecido, mal humorado. De pronto hízome levantar la vista una claridad reflejada por innumerables gotas. Habíase desgarrado la nube de agua y nieve encima de mi cabeza.