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Estaba servido en vaxilla de oro un excelente almuerzo; y miéntras comian granos de maiz los Paraguayeses en escudillas de palo, y en campo raso al calor del sol, se metió el padre reverendo en la enramada.

En las verdes y risueñas colinas cuyo pie bañan las aguas de un arroyo, en esos dulces y apacibles valles á que dan sombra esbeltos álamos y ligeros chopos, al pie de esas fuentes que murmuran bajo los caidos ramajes de los sauces, en medio de la pradera y la enramada late el corazon de amor, el pensamiento vuela hácia los seres mas queridos, suspiramos por tenerlos á nuestro lado y gozar con ellos de aquellos paisages deliciosos.

Los libres y solteros, que después de los catorce años ya no viven más con sus padres, viven todos juntos en una casa, que no es otra cosa sino una enramada descubierta por todos lados, la cual sirve también, en tiempo de sus visitas y cumplimientos, para recibir y alojar á los forasteros que vienen de otras partes, á los cuales regalan con lo mejor del país y con aquella su apreciada bebida, y acude todo el pueblo para festejar y participar, junto con los forasteros, del refresco; pero antes conjuran al demonio para que no venga á perturbar la alegría del festín; la ceremonia es salir algunos de ellos de la choza y, con grandes exclamaciones, dar en el suelo con las macanas.

Entonces Poldy salió de su retraimiento casero y se lanzó con más frecuencia y por más largo tiempo que nunca a sus excursiones y meditabundos paseos por los sitios más solitarios de aquellas cercanías. No poco gustaba ella de ir por intrincados senderos, por donde había más flores, por donde era más tupida y frondosa la enramada.

Despertó, en fin, soñoliento y perezoso, y, volviendo el rostro a todas partes, dijo: -De la parte desta enramada, si no me engaño, sale un tufo y olor harto más de torreznos asados que de juncos y tomillos: bodas que por tales olores comienzan, para mi santiguada que deben de ser abundantes y generosas.

Fuéron restituidas á Candido y á Cacambo las armas que les habian quitado, y con ellas los dos caballos andaluces; y Cacambo les echó un pienso cerca de la enramada, sin perderlos de vista, temiendo que le jugaran alguna treta. Besó Candido la sotana del comandante, y se sentaron ámbos á la mesa. ¿Con que es vm. Aleman? le dixo el jesuita en este idioma. , padre reverendísimo, dixo Candido.

Pero no obstante eso, determinaron de común consentimiento admitir en sus tierras á Cristo y á su ley santísima, y enviaron á dar aviso de su resolución al P. Arce, quien debajo de una enramada estaba encomendando á Nuestro Señor con fervor este negocio; pero le pusieron tres condiciones: La primera, que la Reducción se fundase en aquel paraje.

Oid atentos y os convenceréis de que dicen: «¡Venite, adoremusAquel pinar era el sitio en que indefectiblemente paseaba el cura todas las tardes. Cuando se hubo internado en el pinar, vió de repente salir de entre la enramada el guarda que traía su escopeta, el cual, parándose á corta distancia, se la echó á la cara, clavando en él sus ardientes y amenazadores ojos.

Todo me la recuerda: el mar, la tarde, la luna con su luz vaga y dudosa; la primavera tibia y perfumada; la brisa juguetona y misteriosa; la noche oscura, el abrasado estío; el murmullo fugaz de la enramada; hasta de Dios la idea poderosa, funde con ella el pensamiento mio. ¡Oh! ¿por qué ha de pasar así la vida? ¡Cuánto, amor mio, diera, porque aquel tiempo y mi niñez volviera!

Es una cosa sin nombre Cual las quejas del amante, Cuando suspira anhelante De la música al compas; Como el perfume que exhala El cáliz de una flor pura, Que inspira amor y ventura, Y alivia el dolor tenaz. Como el sol en el ocaso Cuando moribundo arde, Cual la estrella de la tarde En la calma celestial; Como el canto de las aves En la enramada florida, Ó cual sílfide vestida De vaporoso cendal.