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Les interesaba la cuestión social como algo positivo relacionado con su bienestar; pero por más esfuerzos que hicieran los oradores por exponer las generosidades de la sociología revolucionaria, la gente sólo veía la ventaja de aumentar en unos cuantos reales el jornal y trabajar alguna hora menos... Pero se hablaba del jesuíta, del fraile, del cura, y la muchedumbre se ponía instintivamente de pie, con nervioso impulso, y brillaban los ojos con el fulgor diabólico de una venganza secular, y sonaba estrepitoso el trueno del aplauso delirante, y se levantaban los puños amenazadores, buscando al enemigo tradicional, al hombre negro, señor de España.

Los cinco hermanos, revueltos en un tropel, siguen gritando en el centro de la estancia, y los brazos se levantan sobre las cabezas amenazadores y coléricos. DON FARRUQUI

No es fácil representarse el estupor que se apoderó del ingenioso Sánchez al ver a aquellos energúmenos vociferando frente a él y metiéndole los puños por la cara. Todo su discurso estaba lleno de benevolencia, de ideas conciliadoras; creía estar lisonjeándoles; hasta esperaba verlos enternecidos como él andaba cerca de estarlo. Y he aquí que de repente se levantan frenéticos, amenazadores.

El trabajo escaseaba; había sobra de brazos, era reciente la indignación contra los petroleros perturbadores del país; los Borbones acababan de volver, y los ricos temían dar entrada en sus fincas a los que habían visto antes con el fusil en la mano, tratándoles de igual a igual, con gestos amenazadores.

Lo saludaba con mugidos, imitando infantilmente el bramar de los toros en la dehesa y en la plaza. No lo reconocía; no podía acordarse de por qué estaba allí la peluda cabeza con sus cuernos amenazadores. Poco a poco fue haciendo memoria. Te conosco, gachó... Me acuerdo de lo que me hiciste rabiá aquella tarde.

La muchacha siguió avanzando sin intimidarla los gruñidos amenazadores del perro. ¿Qué tienes, pobrecita? le preguntó Juanito. ¡Ah, señorito, qué desgracia tan grande para ! exclamó la mendiga con los ojos arrasados en lágrimas.

El humo de los cigarros y el polvo de las pisadas formaban una nube azulada sobre las cabezas, que el sol doraba con sus rayos, al pasar por las altas vidrieras; la rueda era como la roca, contra la cual se estrellan las oleadas tempestuosas; allí los gritos eran más fuertes, los apóstrofes más rudos, la lucha más reñida, más desesperada, más implacable; los bastones, esgrimidos por brazos que la pasión enardecía hasta la epilepsia, se levantaban amenazadores.

Oid atentos y os convenceréis de que dicen: «¡Venite, adoremusAquel pinar era el sitio en que indefectiblemente paseaba el cura todas las tardes. Cuando se hubo internado en el pinar, vió de repente salir de entre la enramada el guarda que traía su escopeta, el cual, parándose á corta distancia, se la echó á la cara, clavando en él sus ardientes y amenazadores ojos.

Pues entonces dije con un ademán de despedida, ¡hasta nuestra próxima entrevista, que espero nos permitirá conocernos mejor! ¡Y para ello, ojalá que Vuestra Majestad nos proporcione pronta oportunidad! agregó Ruperto altaneramente; y al pasar junto a Sarto miró a éste con tal expresión de desprecio y burla que el veterano apretó los puños y sus ojos brillaron amenazadores.

Los deudores le contestaban altivamente, alegando la miseria como un derecho para no sufrir su avaricia; sus órdenes imperiosas tardaban en ser ejecutadas, y tenía la percepción clara de que al andar por el claustro se reían a su espalda o le hacían gestos amenazadores.