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Alborotaba mucho en las horas de recreo; sublevaba las masas escolares en las de estudio, y a pesar de pertenecer a una familia rabiosamente carlina, en la cual había muchos canónigos, frailes y hasta un obispo, sus inclinaciones eclesiásticas no eran muy decididas.

Lo que yo me propongo al regalar la levita, además de la satisfacción que me cause el obsequiar a don Paco, es que nadie me acuse, y sobre todo, que no me acuse yo misma de tener el vestido sin dar en pago algo equivalente. Decididas así las cosas, al otro día se compró el paño.

Cuestión es esa que dejaremos para otro día, si bien cuestiones andan en esos mundos decididas, acreditadas y creídas más paradójicas que ésta.

No podían ser más sencillas sus costumbres: habitaba un cuartito bajo detrás de la tienda en compañía del mancebo y una cocinera vieja que arreglaba sus fugaces refacciones: dos o tres veces por semana comía en casa de Rivera, y una que otra se autorizaba el lujo de entrar en un restaurant y engullirse un cubierto de diez reales; jamás iba al teatro, pero tenía dos pasiones decididas, los toros y los sermones, las cuales procuraba ocultar porque entendía que la primera era una flaqueza, y dejar ver la segunda acusaba vanidad o jactancia.

Ahora bien: como Clotilde, la madre de Inesita, las tías y las hermanas de ésta son partidarias decididas de que la muchacha se case con Carlitos, héme metida en un conflicto, pues comprenderá usted que el fuero de familia me compele y obliga a pesar de mi carácter poco dado a la lucha a defender a mi cuñado en una pretensión que juzgo justa.

La prueba es que nosotras estábamos decididas a acompañarte, a no separarnos de ti; pero ahora, que irá contigo tu sobrino Enrique, no tienes necesidad de nuestros cuidados. ¿Qué pretendes darme a entender con esas palabras?

Con su alma deliciosamente tierna y femenina, sus formas parecían demasiado rígidas y sus maneras demasiado decididas. En cambio, Coca, que no poseía un temperamento tan femeninamente abnegado, se había hecho una mujer elegante, flexible, de agraciados modales y hermosa fisonomía. Era la beauty del Tandil.

Los viejos notarios sentíanse rejuvenecidos por su valor. ¡Ved ahí decían, lo que somos cuando se nos pone en ciertos trances! ¡Los notarios son tan hombres como cualquier otro! La suerte de las armas hizo traición a maese L'Ambert; pero supo adoptar al caer un bello gesto: ha sido un Waterloo. ¡Aunque digan lo que quieran, somos gentes decididas!

Además, había adivinado también que el ex-capitán profesaba un afecto vivísimo a su sobrina Maximina, bien pagado por parte de ésta: ambos se comprendían admirablemente, con sólo mirarse, y se tributaban todas las pruebas de cariño que podían. Y digo podían, porque doña Rosalía estaba al tanto de este cariño y no manifestaba tendencias muy decididas a alentarlo.

II, cap. Es de observar cómo en las expediciones y armadas del siglo XVI, lo mismo en África que en América ú Oceanía, cualquiera que fueran el objeto, el término y las dificultades, iban mujeres españolas decididas á compartir los trabajos del soldado, sin aspiración á la gloria que pudiera caberle.