United States or Mozambique ? Vote for the TOP Country of the Week !


Era el cerro de los Corvos, y la casa aquella tiendecita donde criaban a su hijo. La mujer cosía a la puerta del establecimiento, bajo una parra seca, en una pequeña explanada, desde la cual dominábase toda la parte de Madrid que mira al río. Al reconocerle, la nodriza se levantó apresuradamente. Quería sacar al pequeñuelo, que dormía después de una noche de insomnio y llantos. Maltrana se opuso.

Otros bajaban a los corredores y se tendían al sol; pero los propiamente salvajes, vivían y aun se criaban arriba, persiguiendo el sabroso ratón de los secaderos. Pasaron junto a las dos damas figuras andrajosas, ciegos que iban dando palos en el suelo, lisiados con montera de pelo, pantalón de soldado, horribles caras. Jacinta se apretaba contra la pared para dejar paso franco.

Es tan grande la pobreza de este país, que el gobierno español de Buenos Aires estuvo obligado á enviar navíos cada tres ó cuatro meses, para mantener la gente y guarnicion, sin que pudiese esperar retorno alguno; y aunque enviaron puercos, vacas, y caballos á estas islas, su clima es tan frio, humedo y estéril que jamas criaban. De manera que estos gastos durarán mientras dure la colonia.

Prevenido, pues, el santo varón de tanta mayor caridad y celo, cuanto era necesario para tamaña empresa, y animados algunos de los más fervorosos neófitos, no sólo para ser sus compañeros, sino también para dar la vida en testimonio de aquella ley que iban á plantar entre los bárbaros, se puso en camino á los 4 de Agosto de 1707 y llegando el día de la Asunción de la Santísima Virgen á las riberas del río Zununaca, se encontró con los Zibacas, de quien fué recibido con muestras de grande amor, y Putumaní, su cacique, le regaló con mucha pesca y se partió á largas jornadas á su tierra, donde dió orden á sus vasallos que le allanasen el camino, y desde allí diariamente le proveyó de comida y bebida, hasta que entrando el Padre en su Ranchería le salió á recibir el pueblo, muchachos, mujeres, y aun las que criaban, con sus niños en los brazos; y el cacique le cumplimentó, no ya como bárbaro, sino con términos muy corteses, y llegando á la plaza le cercaron todos en rueda, y con semblantes y voces de increíble alegría, le daban la bienvenida, besándole la mano, y pidiéndole les echase su bendición.

La visita se realizaba comúnmente en lo alto de la torre truncada, bajo un cobertizo de tejas, reclinado cada cual sobre las tablas de una zahurda, donde los esposos criaban una media docena de cerdos, negros como la pez.

Aquellos hombres de ciencia profunda, de estudios graves, de vida austera y retirada, cultivaban macetas de flores en sus terrados y criaban pajaritos con paternal esmero; porque si el paganismo puso lo sublime en la heroicidad, el cristianismo lo ha puesto en la sencillez.

Enriqueta varias veces había significado sentimiento por ausentarse de Manila; traté de indagar la causa y á vuelta de algunos rodeos supe que aquella iba todos los sábados al cementerio protestante, en cuyo solitario recinto descansaban los restos de su padre, cuya tumba tenía limpia de ramas y malezas el filial cuidado de Enriqueta, quien me dijo que el pequeño enverjado que cierra el mausoleo estaba recubierto de las rojas campanillas de las trepadoras enredaderas, á cuya sombra se resguardaban gran número de macetas en las que se criaban pintadas y caprichosas flores.

Los habia de dos especies, y se criaban en cañas mas corpulentas que los robles: En muy poco difieren sus sabores: Estando el uno y otro derretido, Manteca fresca á mi me parecia; ¡Mas sabe Dios el hambre que tenia!

El desprecio a las intrigas y el odio de sus enemigos le hicieron abandonar para siempre el archipiélago de la Orden, las islas de Malta y Gozzo, cedidas por el Emperador a los frailes guerreros sin otro precio que el tributo anual de un azor de los que se criaban en aquellas islas. Viejo ya y cansado, retirábase a Mallorca, viviendo de los bienes de su encomienda situados en Cataluña.

Sintiose turbado: fue a sentarse más lejos. Josefina vestía con elegancia. Los señores de Quiñones la criaban con mimo, como hija adoptiva. Por mucho tiempo éste fue el asunto preferido de las murmuraciones de Lancia. Se averiguaba con vivo interés el coste de sus sombreritos; se comentaba el número de juguetes que le compraban; hacíanse cálculos sobre la cantidad en que la dotarían al casarse.