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Actualizado: 5 de mayo de 2025
Cálmate. No llegará el caso de que nos pesque, porque vamos a curarnos en salud. ¿Tapujos? No, hija, sino la gran comodidad para pasar unas horitas como unos marqueses, sin que lo sepa nadie. ¡Verás qué gabinete! Nos citamos, entramos con cinco minutos de diferencia: yo primero, tú en seguida, y al salir lo mismo. Cuando veas el cuarto, querrás quedarte allí. ¿Puesto con lujo?
Conque daos prisa y venid, que os espera la dama más hermosa que se tapa con guardainfante. ¡Ah, mal engendro! ¡injerto de dueña en cuerpo de sapo!... ¿qué me querrás tú que bueno sea?... Mas ahora recuerdo... en efecto... doña Clara Soldevilla tiene el malísimo gusto de hacerse servir por ti: si es ella quien me llama, huélgome, porque si ella no me llamara iría yo á buscarla.
Si aquí no hay tales aldeas, señor interrumpió Marijuán, indócil a la mixtificación. Necio, ¿querrás callar? continuó el francmasón . Yo sé lo que me digo, y es que todo el afán de Napoleón, después que vió bajar a los rusos, consistía en tomar aquellas aldeas para apoderarse luego de la loma que tenemos enfrente. ¿No le veis?
Te la dí toda con el amor que en ella se cría; con afecto de hermana. ¿Qué sombra puede hacerte que sea yo la mujer legítima de D. Casimiro? ¿Por eso hemos de dejar de querernos como hasta aquí, más que hasta aquí? Nos querremos cuanto tú quieras y cuanto sea posible quererse, sin ofender á Dios. ¿Supongo que tú no querrás ofender á Dios? Contesta. No, mujer; ¿cómo he de querer yo ofender á Dios?
Daban las ocho en el reloj de las iglesias de Estella, cuando Martín oyó dos golpecitos en la puerta, Martín contestó del mismo modo. ¿Eres tu, Martín? preguntó Catalina en voz baja. Sí, soy yo. ¿No nos podemos ver? Imposible. Yo me voy a marchar de Estella. ¿Querrás venir conmigo? pregunto Martín. Sí; pero ¡cómo salir de aquí! ¿Estás dispuesta a hacer todo lo que yo te diga? Si.
¿Yo gallego, so z...? bramé furioso . Ni soy gallego ni he estado en mi vida en Galicia. Por segunda vez, como San Pedro, negué a mi tierra, y casi en los mismos términos. Estaba muy locuaz. Les conté todos los chascarrillos que sabía y les recité una tirada de versos de mi cosecha. La ex novia del Saleri me preguntó si era escribano. Escritor querrás decir, prenda. Bueno, es igual.
La pobre Asunción, completamente abatida, no contestó nada; visto lo cual por su amiga, tomó asiento al lado, y la instó con mucha viveza para que le contase lo que la ponía tan triste. Mira, Lola, comenzó con voz temblorosa y casi imperceptible, después que te lo diga ya no me querrás. Lola protestó con una mueca.
Además, anoche me ha dicho: «Florentinilla, quizás, quizás dentro de poco, no mandaré yo en ti; obedecerás a otro dueño...» Sea lo que Dios quiera, tomo a la Nela por mi amiga. ¿Me querrás mucho?... Como has estado tan desamparada, como vives lo mismo que las flores de los campos, tal vez no sepas ni siquiera agradecer; pero yo te lo he de enseñar... ¡te he de enseñar tantas cosas!...
Después cayó en profunda meditación, y al cabo de ella preguntó: ¿En dónde está la Nela? No sé qué le pasa a esa pobre muchacha dijo Florentina . No quiere verte sin duda. Es vergonzosa y muy modesta replicó Pablo . Teme molestar a los de casa. Florentina, en confianza te diré que la quiero mucho. Tú la querrás mucho también. Deseo ardientemente ver a esa buena compañera y amiga mía.
¡Ah! ¿Habéis hablado de ese proyecto? ¡Proyecto! Pero ¿no es seguro? ¿Lo es algo en el mundo? ¿Y es una americana tu elegida? Sí, una persona encantadora, miss Harvey... ¿La conoces? No tengo ese honor, pero cuento con que querrás presentarme á ella.
Palabra del Dia
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