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Cálmate. No llegará el caso de que nos pesque, porque vamos a curarnos en salud. ¿Tapujos? No, hija, sino la gran comodidad para pasar unas horitas como unos marqueses, sin que lo sepa nadie. ¡Verás qué gabinete! Nos citamos, entramos con cinco minutos de diferencia: yo primero, en seguida, y al salir lo mismo. Cuando veas el cuarto, querrás quedarte allí. ¿Puesto con lujo?

Como la familia del señor Perrín la formaban únicamente damas elegantes, citamos esta observación más para dar una idea de su humor que de sus deberes. Formando abigarrado conjunto, encontrábanse reunidas aquellas personas con la indiferente apatía que engendra la pereza y el fastidio. Ni el repentino resonar de los cascos de un caballo a la puerta, les hizo volver en .

Citamos la brionia como un medicamento generalmente indicado en estas afecciones, sin prejuzgar otros, tales como: zumaque, nuez vómica, belladona, mercurio, quina, tártaro estibiado, etc. En la electividad propia de los medicamentos, unos se dirigen al corazon, otros á las membranas serosas, este á la cabeza, aquel á los nervios espinales.

Es muy probable que fuera el mismo que el de otros alfabetos semejantes y es indudable que el órden en que los ponen los autores que citamos, y que es el de las letras en el alfabeto español, no era el suyo própio. Fundado en la semejanza entre las letras Tagalas y las de los Búguis, dice M. Jacquet que su ordenacion seria esta: ka, ga, ñga, pa, ba, ma, ta, da, na, la, wa, sa, ha, ya.

Suponemos que los autores que citamos, no pudiéndose conformar en ver, que una lengua que empleaba caracteres tan diferentes de los españoles los escribiera siguiendo la misma direccion, creyeron sin mas crítica, que esta direccion no podia ser sino aprendida de nuestra escritura. Partiendo de esta suposicion, aseguró cada cual lo que le parecia mas lógico.

En fin, que nos citamos para esta su casa a las diez de la noche, y a las diez y cuarto estaba aquí D. Juan Nepomuceno con seis mil reales en plata. Esta es la historia. ¡Aquella era la historia!, pensó Reyes desde el abismo de su postración. Estaba aturdido, se sentía aniquilado. El tío lo sabía todo... y ¡había pagado! ¿Y Emma?

El importante documento, que citamos, ha pasado hasta ahora completamente desapercibido para los historiadores del teatro español.

Falkner, cuya Descripcion de Patagonia contiene noticias importantes, habla de un modo muy inexacto del Colorado: talvez es la parte mas defectuosa de su obra. Citamos sus mismas palabras para hacer sentir la necesidad de leer con desconfianza lo que se ha divulgado hasta ahora sobre la topografia de estas provincias. La que puede perfeccionarla es la obra de los Sres.