United States or Niue ? Vote for the TOP Country of the Week !


Y esto lo he pensado, Muñoz, no solamente ahora, sino hasta cuando ella se moría por usted. Nunca me pareció que se moría por , repuso Muñoz. Al contrario, Charito, ni cuando decía quererme. ¡Porque ella todo lo calcula! Y en su afán de rarezas, hasta suele disimular su cariño, ese cariño que ella empieza a sentir por cualquiera, pero que se le va con la misma facilidad.

Los padres, con el afán de asegurar cuanto antes el porvenir de sus hijos mediante una carrera, los envían a los centros de enseñanza apenas saben hablar. El estudiante-hombre de otros países, en toda la plenitud de su razón, no existe aquí. Las universidades se llenan de niños; en los institutos sólo se ven pantalones cortos.

En el obrador, Tono tenía su víctima: el pobre Menut, un muchacho enclenque que meses antes aún era aprendiz, y al que los camaradas reprendían por el excesivo afán de trabajo que mostraba siempre, ansiando un aumento de jornal para poder casarse. ¡Pobre Menut!

Al lado de estos últimos, los hay y yo me honro con la amistad de algunos que recorren los bosques de este país con el afán de enriquecer la ciencia, sufriendo toda clase de privaciones, ante la satisfacción de aumentar sus herbarios. El tipo que nos ocupa, no puedo definir á qué clase pertenece.

A trote largo mi caudal camina a sumergirse en una sirte ignota; pronto he de hacer con ella bancarrota, salvo que encuentre una boyante mina. Un diablo pedigüeño anda conmigo; es ¡dame! su perenne cantinela, y así estoy en los huesos, caro amigo. ¿Qué me dices? ¿Mi afán te desconsuela? Dígote, don Peruétano, que digo, que aquella no es mujer... es sanguijuela.

El pacto hispano-indígena de tres siglos de amores no fué vana quimera de los conquistadores, ¡con sangre rubricáronle Legazpi y Solimán! Subsistirá ese pacto, que alientan ideales de secular cariño y lazos fraternales, porque lo anhela el pueblo con perdurable afán.

Ya es algo le interrumpió Melchor, que estaba tendido en su sillón, y tenía recostada la cabeza en el respaldo, de cuyos costados se había tomado con las manos como para sostenerse mejor, y agregó, sin apartar la mirada del cielo: por ahí se empieza... tras la incredulidad adquirida por frotamiento, que no por convicciones... llega la indiferencia... luego se abandona gradualmente el afán de negar... y un buen día... o una buena noche como ésta, se mira al cielo... se contempla un momento esta portentosa... esta estupenda armonía sideral... esta maravillosa rotación de soles y de repente brota en el alma un punto de luz... que crece... se dilata... la llena... y la ilumina...

Por más que hacía no lograba borrar de su espíritu la manera extraña de comenzar aquella amistad, ni se le podía ocultar el fondo de falsedad que en ella existía. Conociéndolo Raimundo procuraba con afán desvanecer sus aprensiones, unas veces directa, otras indirectamente. Era Aurelia una muchacha más bien fea que linda, como ya hemos dicho, de buen sentido y de honrado corazón.

Por donde quiera que vayas, Tan infeliz como hermosa, Agua de lágrimas bebas Y pan de dolores comas; En el sudor de tu cara Veas que el afán reposa; Paras con dolor tus hijos; Y , serpiente engañosa, El pecho por tierra arrastres, Gimas muda y silbes ronca; El mundo, tálamo injusto De sus adúlteras bodas, Tengo de borrar,

«¡Ya llega, ya llegamurmuraban los socios del Casino apiñados en los balcones, codeándose, pisándose, estrujándose, los músculos del cuello en tensión, por el afán de ver mejor el extraño espectáculo, de contemplar a su sabor a la dama hermosa, a la perla de Vetusta, rodeada de curas y monagos, a pie y descalza, vestida de nazareno, ni más ni menos que el señor Vinagre, el cruelísimo maestro de escuela.