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Robledo, adivinando el pensamiento de Watson, contestó á su muda pregunta: Mi amigo nos ayudará como ingeniero. No debe usted preocuparse de él. Yo le daré una participación en nuestro negocio, pero será de lo que á me corresponde.

De pronto de aquellos ojos sombríos, siempre apasionadamente fijos sobre el mismo punto, brotaron lágrimas. Ella se sintió profundamente conmovida, y más tarde, cuando recordaba esta corta escena muda, le parecía que había estado mucho tiempo mirando llorar a Juan. El ruido de una puerta que se abría arrancó al joven de su éxtasis.

Hizo Damián una muda reverencia, y salió leyendo el sobrescrito de la carta, que era el siguiente: «Señor don Francisco Javier Pérez Cueto. Calle de X , número 10, tercero, derecha».

Exigía dinero a los ricos, y con gestos de actor que se ve contemplado por inmenso público, socorría de vez en cuando a una pobre vieja, a un jornalero cargado de familia. Estas generosidades eran agrandadas por los comentarios de la muchedumbre rural, que tenía a todas horas el nombre de Plumitas en los labios, pero era ciega y muda cuando preguntaban por él los soldados del orden.

En todo orador hay dos entidades: el orador, propiamente dicho, y el hombre. Cuando el primero se dirige á la multitud, el segundo queda atrás, dentro, mejor dicho, hablando también. Dos peroraciones simultáneas son producidas por un mismo cerebro. Una es verbal y sonora: dejémosla al público. Otra es profunda y muda: examinémosla. Lázaro describía, apostrofaba, rebatía, exponía, declamaba.

Cada vez que volvía a su casa el estudiante, era recibido por su padre con la misma caricia muda. El duro había sido reemplazado por billetes de Banco, pero la garra poderosa que se posaba sobre su cabeza, acariciábale cada vez con mayor flojedad; pesaba menos. Rafael, por sus ausencias, notaba mejor que los demás el estado de su padre. Estaba enfermo, muy enfermo.

Cuando la idea no es viva, la atraccion disminuye, la incertidumbre comienza, la voluntad es irresoluta; cuando la idea no es fija, cuando el punto luminoso muda de lugar, la voluntad anda mal segura; cuando la idea se deja ofuscar ó reemplazar por otras, la voluntad muda de objetos, es voluble; y cuando el sentimiento no es bastante poderoso, cuando no está en proporcion con la idea, el entendimiento la contempla con placer, con amor, quizas con entusiasmo, pero el alma no se halla con fuerzas para tanto: el vuelo no puede llegar allá; la voluntad no intenta nada, y si intenta, se desanima y desfallece.

La voz del príncipe tomó cierta entonación lúgubre, como si clamase sobre los escombros de su vida entera. Había encontrado centenares de mujeres de las que levantan á su paso una muda explosión de deseos. La resistencia femenil le era desconocida.

Al pasar bajo las inmensas bovedas completamente umbrías del bosque que rodea al Castillo, se siente una especie de recogimiento que prepara el alma á la muda contemplacion de las maravillosas ruinas.

Fernando creyó igualmente que el músico huía de mostrarse ante su mujer en esta forma cortés tan contraria a la realidad, temiendo sin duda la muda ironía de sus pensamientos. Quedaron solos hasta cerca de media noche en un rincón de la cubierta, teniendo entre los dos al pequeño Karl, que empezaba a familiarizarse con Ojeda.