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Actualizado: 8 de junio de 2025
Por cierto, y perdonadme la digresión, que Francisco Maldonado, el célebre comunero, el compañero de Bravo y de Padilla, el degollado del gran cuadro de Gisbert, no pertenecía á la rama principal de la familia mencionada, de la cual era jefe, aunque tampoco dueño de la Casa de las Conchas, un D. Pedro Maldonado y Pimentel, también afecto á la causa de las Comunidades, del cual me parece oportuno decir aquí algunas cosas, de todos sabidas, por si hay alguien que las tenga olvidadas, cosa que á mí me acontecía no hace muchas horas.....
Y, alzando la voz, prosiguió diciendo, y mirando a las aceñas: -Amigos, cualesquiera que seáis, que en esa prisión quedáis encerrados, perdonadme; que, por mi desgracia y por la vuestra, yo no os puedo sacar de vuestra cuita. Para otro caballero debe de estar guardada y reservada esta aventura.
Porque si fuérais su majestad... ¡oh! ¡Dios mío! moriría de una manera doble... y perdonadme, señora... pero necesito hablaros de mi amor por la última vez: si sois la reina, mi lealtad, mi deber, me obligan á sufrir, á callar, á guardar para mí solo este amor que yo no he buscado... y luego, ¡al veros de otro hombre!... ¡casada!... ¡oh, Dios mío!... ¿Pero es posible que me améis de tal modo?...
Quisiera deciros toda la gratitud que hay en mi corazón, pero me faltan las palabras. Perdonadme... Gruesas lágrimas rodaron por sus mejillas. Jacobo las enjugó con la mano, ahogó un sollozo y haciendo un gesto de enfado se dirigió hacia la popa del navío. Allí se sentó en un rollo de cuerdas y dejando caer la cabeza entre las manos tomó una actitud de profunda meditación.
Dixo uno de ellos al ver á la muger: Esta misma es, que se parece á las señas que nos han dado; y sin curarse del muerto, echáron mano de la dama. Daba esta gritos á Zadig diciendo: Socorredme, generoso extrangero; perdonadme si os he agraviado: socorredme, y soy vuestra hasta el sepulcro. Pero á Zadig se le habia pasado la manía de pelear otra vez por favorecerla.
Cerró la ventana, fingiendo un miedo pueril á los mosquitos, y Robledo tuvo que retirarse desalentado. A la misma hora el ingeniero Canterac escribía en su mesa de trabajo, terminando una larga carta con estas palabras: «... y tal es mi última voluntad, que espero cumpliréis. ¡Adiós, esposa mía! ¡Adiós, hijos míos! Perdonadme.»
Gran valor mostró el cristiano, Obligó vuestro valor: No han hecho hazaña mayor César ni Alejandro Mano. De la herida vuestra y mía Paciencia habré menester, Pues es forzoso volver Dentro del tercero día. Pero perdonadme vos Si con esto os importuno; Que si prometistes uno, Es fuerza que le deis dos.
Perdonadme, señor Alonso, si no os he escuchado como debiera dijo el padre Aliaga que se impacientaba , pero estoy enfermo. ¡Enfermo! Sí; sí por cierto, tengo vaguedad en la cabeza, frío en los pies... la celda me anda alrededor. ¡Ah! perdonad... yo no sabía... llamaré... No, no... me voy á acostar... con vuestra licencia... ¡Oh! lo siento mucho, no os descuidéis... Esto pasará.
Mi modo de vivir me conduce muy rara vez a sus vastos hogares, para sentarme alli al rededor del fuego con sus vasallos; pero los senderos que se dirigen a dichos castillos me son muy conocidos desde mi infancia. ?Cual es el que os pertenece? Poco te importa. iY bien! perdonadme mis preguntas; pero dignaos estar mas alegre.
En este punto se detuvo la hermosa indiana, y dijo a Miguel de Cervantes: Perdonadme, señor mío, si aquí suspendo la relación de las desdichas de mi familia, que con mis propias desdichas se han continuado, que el corazón me va doliendo, más de lo que resistir al dolor puedo, al recordarlas, y harto tiempo tenemos para que yo dé fin y remate al cuento de mis desventuras; y porque estoy más de lo que puedo sufrirlo fatigada, y de todo punto me es necesario el reposo, yo os ruego me deis licencia para llamar a mi doncella Florela, a fin de que os lleve adonde podáis acabar de pasar la noche seguro, que mañana sabremos lo que haya de vuestro negocio, y si estáis en peligro o no lo estáis, y lo que en todo caso haya necesidad de hacer.
Palabra del Dia
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