United States or Ecuador ? Vote for the TOP Country of the Week !


Entre los mil primores y monerías que la adornaban, veíanse ante el cubierto de cada caballero pequeños bouquets de violetas para el ojal del frac, puestos en diminutos vasitos de cristal, ligeros y diáfanos cual si fuesen de aire petrificado, y teniendo todos en el centro una pequeña flor de lis, lindísima maravilla natural, criada a fuerza de cuidados en las estufas de Currita.

Y levantando la voz un poco, dijo volviendo el rostro hacia el caballete: Pero, María, ¿no vienes?... Mira que se está enfriando el ... Apareció entonces la Valdivieso por el laberinto de monerías y riquezas artísticas que llenaba la pieza, y vino a sentarse junto a Carmen Tagle, muy sofocada y echando por los ojos relámpagos de ira.

Pasó muy gallardo y tieso en un caballote grandísimo, y saludó y dio varias vueltas, parando el caballo y haciendo mil monerías. Agitaba Obdulia su pañuelo, y Doña Paca, en la efusión de su amistoso cariño, no pudo menos de gritarle desde arriba: «Por Dios, Frasquito, tenga mucho cuidado con esa bestia, no vaya a tirarle al suelo y a darnos un disgusto».

Acaba con tus monerías, viejo cuervo dijo Kernok cuando hubo acabado de reír , y llévame a tu nido. Señor, no entiendo respondió temblando el desgraciado capitán. ¡Ah! es verdad dijo Kernok ; no entiendes el francés. Y como Kernok poseía de todas las lenguas vivientes justamente aquello que se relacionaba y era necesario a su profesión, repuso socarronamente: El dinero, compadre.

Por fin, no pudiendo resistir a las monerías de su mujer, no tuvo más remedio que decidirse. Ya estaban las cabezas sobre las almohadas, cuando Santa Cruz echó perezoso de su boca estas palabras: «Pues te lo voy a decir; pero con la condición de que en tu vida más... en tu vida más me has de mentar ese nombre, ni has de hacer la menor alusión... ¿entiendes? Pues se llama...».

Los viejos aficionados protestaban sordamente. ¡Monerías! ¡payasadas que no se hubieran tolerado en otros tiempos!... Pero tenían que callarse, abrumados por el griterío del público. Cuando sonó el toque de banderillas, la gente quedó en suspenso al ver que Gallardo quitaba sus palos al Nacional y con ellos se dirigía hacia la fiera.

Muchas noches se acostaba con fiebre porque no le habían dejado satisfacer su anhelo de coger para aquellas monerías. Barbarita y su hermano Gumersindo, mayor que ella, eran los únicos hijos de D. Bonifacio Arnaiz y de doña Asunción Trujillo. Cuando tuvo edad para ello, fue a la escuela de una tal doña Calixta, sita en la calle Imperial, en la misma casa donde estaba el Fiel Contraste.

Este, atraído, sin duda, por el amor de la familia, acercábase en aquel momento al grupo de las señoras; saludólas besando la mano a la duquesa y a Currita, que eran sus más allegadas, y esta, con mil cariñosas monerías, hízole sitio a su lado, en el banco de hierro.

Nada, no le había visto en su vida. Clementina, que advirtió la sorpresa de su amante, después de responder al saludo redobló su amabilidad con Raimundo, volviéndose enteramente hacia él, acercando el rostro para hablarle, haciendo mil monerías destinadas a llamar la atención del noble salvaje y a preocuparle. Sentía un goce maligno en ello. Castro había llegado a serle indiferente.

Hizo mil monerías felinas, se volvió dulce, obediente, prudentísima en todo, prometiendo cuanto se le exigía y más aún. Periquín, reprecioso, anda, mono, ¿verdad que me llevas? Anda, di que , bobo, anda. ¡Si vales más que todas las cosas! Anda, ¿qué Puertollano ni qué...? Vamos a Francia, ¡qué gusto, señor! ¡parece mentira! ¡Qué dirán cuando lo sepan Visitación y las de Lomillos!