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Actualizado: 14 de septiembre de 2024
Como se veía aplaudida y mimada por aquel hombre, le mostraba su interior inocente, pero voluble y caprichoso. Núñez comprendió que el vicio no arraigaría jamás en su temperamento infantil pero podía caer por la ligereza increíble de su espíritu. Al cabo se alzó sofocada del diván. Cuando entró en el gabinete debía de tener el rostro encendido.
Antes de entrar, mientras le anunciaba una doncella, oyó un rumor de voces, hablando con apresuramiento, y después un ruido de pasos y de faldas en fuga. ¡No quiero verle! gritó una voz sofocada que el médico creyó reconocer. Al entrar en la habitación notó algo que denunciaba aquella fuga misteriosa. El gesto con que le recibió su prima, le dió á entender lo inoportuno de su llegada.
Ella no decía nada; pero algunas veces sentía una vaga pesadumbre al encerrar su cuerpo gallardo en aquellos hábitos austeros y tristes. Un día, sofocada con la lana negra de su corpiño, tuvo la tentación de ponerse uno de sus vestidos blancos de Luzmela. La falda estaba sumamente corta; el cuerpo muy estrecho.
Se agitaba trémula y sofocada en los brazos ardientes de la enfermedad, que la constreñía sacudiéndola para expulsar la vida.
Yo conozco estos versos, pero no recuerdo el nombre del autor... Venga usted al socorro de mi memoria infiel, Francisca. Esos versos son de uno de mis autores favoritos parodió Francisca. Son de Ronsard... ¡De Ronsard! exclamó la Roubinet sofocada. Sí, señorita terminó Francisca, rabie usted... Usted no nos ha dado más que Laprade... Y repitió con una mueca desdeñosa: Laprade...
Antes de ella, el 25 de Mayo de 1809, habia estallado en la Paz y Chuquisaca una Revolucion; pero habiendo sido sofocada, sus corifeos se hallaban presos en Buenos Aires, cuando en la plaza que hoy decora un sencillo monumento el pueblo se presentó como una entidad.
Hablad despacio, que nadie nos oiga dijo Marta con voz sofocada . Un gran peligro pende de vuestra cabeza. Vuestros enemigos han tendido una celada a vuestros pies y de antemano celebran vuestra pérdida... Respondedme, Mathys, y no os sorprendáis de mis preguntas. ¿Es cierto que una vez cometisteis una acción que podría entregaros, a la menor indiscreción, a la justicia?
El majadero de López estaba dispuesto a todo, apretado por la miseria, la envidia y los apetitos que devoraban su alma. Ya se cansaba de esperar el venerable Gracián, cuando apareció Romualda, jadeante y sofocada. Por su conducto la señora Nazaria suplicaba al Padre tuviera la bondad de subir, porque se encontraba muy mala.
Nada se oía, a no ser de vez en cuando un hálito, parecido a la respiración silbante que se escapa de una garganta medio sofocada. Entonces me encolericé al verme rechazada de todas partes. Sin duda seré bastante buena para preparar esta fúnebre comida dije soltando una carcajada.
La impresión que los amores del conde habían dejado en su alma, sofocada al principio por el orgullo, por la esperanza de volver a ellos, se había dilatado de pronto al conocer el secreto de su desvío, había hecho irrupción en ella, la había llenado toda y la abrasaba de amor y de celos.
Palabra del Dia
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