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Actualizado: 21 de mayo de 2025
Jaime vivía al borde de esta existencia ruda y tradicional, contemplando de lejos las costumbres de aduar que aún se mantenían en el apartamiento de la isla. España, cuya bandera ondeaba todos los domingos sobre el menguado caserío de cada parroquia, apenas hacía memoria de este pedazo de su suelo perdido en el mar.
Tal vez en consideración a ese menguado propósito pregonaba a la luz del día sus relaciones con cierta comiquilla que merced a las larguezas del tardío calavera arrastraba en el Bosque uno de los mejores equipajes de París, y aun se añadía que no era ésta la mayor de sus locuras, comenzando a prestársele detalles de vida y costumbres que informaban los más deplorables caracteres.
La escolta entre la cual va como preso, aunque satisfecho el menguado, no obedece mas voluntad que la del déspota Almanzor, y cuando le haya dejado solazarse unas cuantas horas entre los arrayanes y cipreses de la quinta regia, adonde ahora le conduce, volverá á depositarlo en su alcázar, como se deposita en su joyero una rica insignia de que se ha hecho el uso oportuno en una pública ceremonia.
Ante la puerta del establecimiento se detuvo para mirar á su interior. Por ser ya la hora de la cena, el público había menguado. Los más de los parroquianos estaban en sus viviendas, sentados á la mesa, y solamente una hora después volverían á agolparse junto al mostrador. Un gaucho viejo tocaba la guitarra mirando la panza de un cocodrilo de los que pendían del techo. Los tres huéspedes de Manos Duras escuchaban atentamente.
Este puñal, Dios poderoso, ¡cuándo se desclavará de mis entrañas!... ¡Este cartel horrible que en mi frente llevo, cuando caerá!... Soy un menguado, porque no he sabido castigar. ¡He cortado las ramas y he dejado crecer el tronco!
Fuese, pues, a la sala donde el familiar la esperaba; hallole inmóvil como una estatua, teniendo en la una mano el sombrero, puesta la otra en los gabilanes de su inútil espada, y grave y triste y compungido; alegráronsele los ojos al menguado cuando a él se acercó doña Guiomar sonriendo, y habiéndose ella ido al estrado y sentádose y héchole seña de que a su lado se sentase, él lo hizo, quedando encogido y encorvado; y luego ella le habló de esta manera: Agradecida os estoy, señor, con toda mi alma, por la benevolencia con que habéis tornado a que yo os diga lo que no puedo menos de deciros, y es, que no sé yo por qué causa la Inquisición, que amo, respeto y venero, ha venido, no a honrar mi casa, sino a traer a ella el juicio engañado de la vecindad, que, sin duda, ha creído que yo no soy tan buena y católica cristiana como tengo la ventura de serlo, y obedientísima hija de nuestra Santa Madre Iglesia.
Inmediatamente pasaron las peluconas al bolsillo del ecónomo, que era un avaro más ruin que la encarnación de la avaricia. Hasta su nombre revela lo menguado del sujeto: ¡¡Gil Paz!! No es posible ser más tacaño de letras ni gastar menos tinta para una firma.
Entonces arrojó la pluma pecadora y se curó de toda tentación de meterla en donde no la llamaran; pero, en cambio, fue desde aquel momento un devoto, hasta lo místico, del arte en todas sus verdaderas manifestaciones, sin temores ni barruntos de que pudiera incurrir jamás en el feo vicio de profanarle con atrevimientos de aficionado, y con la lícita vanidad de ser el único español que, pudiendo, no había molestado a la paciencia pública con una sola «muestra de su menguado ingenio».
Zamacois, Roberto Castrovido, escriben sus admirables novelas y sus artículos maravillosos sobre una mesa de mármol, con un tinterillo menguado, entre el bullicio, envueltos en el humo de las salas de un cafetín de barrio. Es éste un milagro de aislamiento entre la muchedumbre, para el que es preciso una gran fuerza mental. Valle-Inclán escribe en la cama, con lápiz.
La imaginación del menguado escritor, después de correr de aquí para allí, con la alborozada inquietud de un pájaro que, viendo rotas la cañas de su jaula, se escapa y vuela á todas partes sin fijarse en ninguna, se concretó al fin, se fijó, se regularizó poco á poco.
Palabra del Dia
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