Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 24 de octubre de 2025


Un mirlo de corazón osado saltó de la higuera más próxima á la baranda del corredor, miró descaradamente á la niña ladeando repetidas veces la cabeza, tuvo manifiestas intenciones de dar un picotazo en sus mejillas pensando con razón que eran más frescas y más dulces que la cereza que acababa de comerse. ¡Pero Demetria le clavó una mirada tan severa!

Pero, pasados seis ó mas meses, consiguieron por medio de la hambre ponerlos en la última necesidad; tanto que por no rendirse, llegaron á comerse unos á otros: y noticiosos los indios de este aprieto, los contemplaron caidos de ánimo, por lo que resolvieron atacarlos con la ayuda de los que acababan de llegar victoriosos de esta plaza; y en efecto hicieron el último esfuerzo, envistiéndola con tanta fiereza que fué asombro.

Pero ésta tenía cerca su escoba, y los obligó con una rápida contraofensiva á refugiarse en la huerta, donde se subieron á los árboles. El viejo segador rió un poco, añadiendo después: El pobre Adán no sabía qué hacer. «¡Van á comerse todos mis higos y mis melocotones!», gritó levantando los brazos. Para él hubiera sido mejor un ciclón en su huerto que la entrada de la alegre soldadesca.

¿Que derramo sal?... Prueba esta agua y verás cómo no está salada repuso la traviesa niña tomando un poco del río con el hueco de la mano. Joyana quiso probarla, en efecto, pero antes que lo efectuase Flora se la arrojó á la cara. Con esto el minero se alegró mucho más y sonreía haciendo muecas de mono. Oye, Plutón: ¿no es verdad que apetece comerse esta manzanita colorada sin mondarla siquiera?

Su madre, mujer de cuarenta años, aunque las arrugas del rostro y la curva de sus espaldas la hacen representar sesenta, después de comerse media cuarta de hilo para hacerle punta y que pase por el ojo de la aguja que apenas se ve entre sus callosos dedos, pone en orden á la susceptible costurera, se acerca al muchacho, le hace girar tres veces sobre mismo, le estira con fuerza la levita que lleva puesta y después de contemplar un instante su obra, vuelve á sentarse, exclamando con acento de profunda convicción: Que la pinte mejor un sastre.

Eso es mugía el discípulo . Ellos a vivir de gorra, a comerse el dinero de usted, que es mi padre, mientras yo rabio, sin poder darme el gusto de ir a las Cuarenta Horas o al sermón, trabajando para que la mujer y los chiquillos coman apenas. Todo se arreglará decía bondadosamente el hermano . La misericordia del Señor es grande y a todos alcanza.

Cuando el tal señorito salió teniente, su familia consiguió que lo destinaran a Madrid. La despedida fue cosa de teatro. Yo creo que hasta el bragazas de tu hermano y la simple de su mujer (que en gloria esté) lloraron como si fueran ellos la novia. Los muchachos se cogían las dos manos, y así se estaban las horas, mirándose en los ojos como si quisieran comerse.

Ea, ¡pardiez! si usted se entierra aquí en la flor de la edad madura, ¿quién nos dará lecciones de elegancia? ¿quién nos enseñará a vivir bien, a comerse correctamente una fortuna? ¿quién nos enseñará el arte de gustar a las mujeres, que se va perdiendo entre nosotros? El duque respondió con un gruñido como el borracho a quien se despierta bruscamente.

Nuestros autores a la moda, no inventarán nada más interesante que la historia de ese propietario campesino que ha dejado su casa para ganar dinero, que vuelve después de veinte años de ausencia, que encuentra a su regreso un ejército de faquines instalados en su casa para galantear a su mujer y comerse su pan y que los mata a flechazos.

Vamos, Doctrinillo, dámela. Ya sabes que tengo apalabrado á Perico Tinieblas, el del Portillo de Gilimón, que es hombre pintado para estas cosas. Y lo que es en la Plaza de la Cebada, no hay chalán que no sea capaz de comerse al Gobierno á una orden mía. No: las cosas han da ir en regla. No puedo pagar sino á su tiempo: tengo esa orden.

Palabra del Dia

amitié

Otros Mirando