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Actualizado: 15 de mayo de 2025


Pero no pasó mucho tiempo sin que se levantasen sus esperanzas del centro de la tierra en donde estuvieron por espacio de tantos años escondidas.

La dilatada estension de las llanuras del interior seria como en Moxos el centro de la cria de toda especie de ganados; ellas mudarian completamente de aspecto al cabo de pocos años, cubriéndose de millares de vacas y de caballos.

En el centro de una ola enorme, á cien varas de distancia, aparecieron las obscuras piedras de un arrecife, cubiertas de espuma. El capitán se lanzó al timón y comenzó á dar voces de mando, los marineros practicaron las maniobras sin perder momento, giró el botalón con prolongado chirrido y el galeón cambió de rumbo, á cortísima distancia de los amenazadores peñascos.

Después... ¿qué se yo?... el cuarto de mi tío; la cama, desnuda ya de lujos, en el centro, y sobre ella el cadáver afilado y amarillo, amortajado con hábito franciscano, porque desde el tiempo de la exclaustración nunca faltó acopio de ellos en la casona para trances como aquél; alrededor de la cama, blandones ardiendo; hacia la cabecera, don Sabas, o Mari Pepa, o Facia, o cualquier tablanqués de los de la cocina... o yo, de rodillas y rezando; Chisco y Pito Salces al cuidado de las luces; Neluco rociando suelos, muebles y ropas y felpudos con un líquido desinfectante, y por la ventana entreabierta colándose un aire frío y sutil, y también el zumbido lejano del vendaval y más de un copo de nieve... Lita y su madre en mi gabinete, arrebujadas en chales y toquillas, con los pies sobre la caja del brasero... Mari Pepa acercándose de puntillas y asomándose a la alcoba de su padre cuando cesaban sus ronquidos estentóreos; mi tema, ya maquinal, de aconsejar a las señoras y al Cura que se acostaran, y durmieran y descansaran; la resistencia de todos a complacerme, aunque la pobre Lituca se estremeciera de frío en ocasiones y no pudiera levantar los párpados enrojecidos... Que cenaran... Ya habían tomado ellas un tente en pie; y en cuanto a don Sabas, ¿cómo había de pensar en ello siendo ya más de la media noche y teniendo que celebrar a la madrugada?... En la cocina, la lumbre agonizante; Tona cabeceando cerca de ella; su madre gimiendo por lo bajo en el rincón más obscuro; hombres con la cabeza sobre las manos y las manos sobre la perezosa, durmiendo tranquilamente; otros a punto de dormirse, sentados en los bancos del fogón, fumando la pipa y con los ojos mortecinos clavados en los tizones: todo este cuadro a menos de media luz y sin otros ruidos que el sollozar de Facia... Algún bulto que otro errando a oscuras por los pasadizos, y un olor por toda la casa a pabilo de cera, a laurel pisoteado y a romero y a tabaco de lo peor... Un ratito de plática con el Cura y con Neluco en mi cuarto delante de Mari Pepa, que acababa de llegar de la alcoba de su padre, y de Lita, que dormía con la primorosa cabeza caída sobre el pecho, después de negarse a descansar en mi misma cama, que tan a la mano tenía, quién sabe por qué linaje de escrúpulos; de plática, digo, sobre el día o los días y el ceremonial de las honras fúnebres y cuanto con estos particulares se relacionaba... Pepazos y otro mozallón, entrando en la estancia mortuoria a relevar a Chisco y a Pito Salces; el Tarumbo rezando a un lado y el Topero a otro, de la cabecera; el frío arreciando allí, y la llama de los cirios bamboleándose sin cesar en sus mechas con el aire glacial que seguía filtrándose por la ventana entreabierta... Largos ratos de silencio y de quietud en toda la casa; otros de lánguida conversación en mi gabinete sobre temas de familia: el difunto, los ausentes... y vuelta con don Sabas al cuarto mortuorio, o vuelta con Neluco a la cocina, en donde, en una de ellas, encontramos a Tona escanciando a Pito Salces un traguete de lo autorizado por «la casa» para tales usos en lance tan excepcional, y vuelta a mi gabinete; y, al fin y al postre, Lita tendida sobre mi cama y cubierta, de rodillas abajo, con mi propia manta, y durmiendo con el ritmo dulce y sosegado con que dormiría un ángel, si los ángeles sintieran esa necesidad de los seres de carne y hueso.

Declaro que la figura de Pepita era como el centro, o mejor dicho, como el núcleo y el foco de estas imaginaciones vagas. Su meridiana aparición, en lo más intrincado, umbrío y silencioso de la verde enramada, me trajo a la memoria todas las apariciones, buenas o malas, de seres portentosos y de condición superior a la nuestra, que había yo leído en los autores sagrados y los clásicos profanos.

Habia en el centro del salon una doble barrera, y en tanto que al lado exterior se agitaba el enjambre de embusteros, jugadores y especuladores, haciendo propuestas, difundiendo noticias contradictorias y remolineando en un hormigueo interminable, dentro del gran círculo estaban los agiotistas de primer órden, sosteniendo con admirable aplomo una telegrafía mímica que representaba el juego monetario, y en el círculo mas reducido se agitaban los agentes de cambio ó corredores, haciendo las muecas mas extrañas los unos, los otros gritando como energúmenos para anunciar cada propuesta ó pedido de fondos y cada puja, y otro en fin, impasible como el sacerdote del culto monetario, alzaba el brazo de tiempo en tiempo para marcar en un tablero el movimiento de alza y baja, en cifras convencionales que son como la teología del dinero.

No debe olvidarse que Lóndres se ha formado por la reunion paulatina de muchas pequeñas ciudades circunvecinas, ó distritos, á la antigua City del Tamésis, privilegiada y poderosa, que ocupa casi el centro de la inmensa poblacion actual. Así, aunque la ciudad es una sola en su apariencia, se observa una profunda diferencia entre el centro y los arrabales.

En el centro del cuarto está puesta la mesa; el mantel es adamascado y fino; los cubiertos de plata labrada; la vajilla con cifra de oro; las copas, de tan sutil cristal, que semejan aire cuajado.

Gante, un tiempo capital del condado de Flándes, es el centro político y social de la provincia del Este, contando en su seno como 112,000 habitantes.

São Paulo es el gran emporio del café del Brasil; es una ciudad moderna que va a ser mejorada con nuevas y rectas calles; su centro se encuentra congestionado, pero tiene anchas avenidas y numerosos jardines públicos y parques en los distritos destinados a casas de vivienda.

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