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41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está presto, mas la carne debil. 43 Y vino, y los halló otra vez durmiendo; porque los ojos de ellos estaban agravados. 44 Y dejándolos se fue de nuevo, y oró tercera vez, diciendo las mismas palabras.

Graves consecuencias hubiera tenido el golpazo para nuestro exnovicio, á no haberlo dado de lleno en la panza del malhadado pintor, que seguía durmiendo la mona en su rincón, ajeno á cuanto en la venta ocurría.

Pues estando una noche desvelado en este pensamiento, pensando como me podría valer y aprovecharme del arcaz, sentí que mi amo dormía, porque lo mostraba con roncar y en unos resoplidos grandes que daba cuando estaba durmiendo.

Ella, acostumbrada á vivir entre los grandes dolores, á presenciar catástrofes, tenía en poco las conveniencias que rigen la vida ordinaria, y habló inmediatamente, con cierta rudeza militar, del motivo de su visita. Venía de parte de la duquesa de Delille. Había pasado los dos últimos días en Villa-Rosa, durmiendo allí para no abandonar un solo momento á Alicia.

De noche es otra cosa; se sale de trapillo, se recorre la parte nueva, la calle del Comercio, la plaza del Pan, que tiene soportales, aunque muy estrechos, el boulevard un poco más tarde, cuando ya está durmiendo la chusma. Se entra en las tiendas, pero se compra poco. La calle del Comercio es el núcleo de estos paseos nocturnos y algo disimulados.

Aquella noche, al apoyar la señora de Ponce su cansada cabeza sobre la almohada, trató de imaginarse a Carolina durmiendo en aquel momento tranquilamente en la gran casa-colegio de la colina, y a la sola idea de que la tenía tan cerca sentía la infeliz pecadora inefable consuelo.

Dos días antes se había contemplado á mismo en forma de pigmeo y vestido de mujer. Aquel Ra-Ra era otro Edwin Gillespie; tan exacta resultaba la semejanza. Y ahora.... No hay duda; estoy durmiendo volvió á decirse . Esto es imposible. Pero no necesitó de largas reflexiones para dar por falsa la idea del ensueño.

No hay una sola persona en el baile que no sepa que tu mujer está durmiendo a estas horas con el duque de Tornos. El joven quedó como si le hubieran dado con un mazo en la frente. Se puso densamente pálido. Trató de agarrar a la infame máscara para arrancarle la careta; mas no le fué posible. Doña Brígida se había escabullido como una anguila por entre la gente.

Siento despertarle dijo ; ¡duerme tan bien, y está tan hermoso durmiendo! ¡oh! ¡si no me esperara el público! ¡esta es una esclavitud insoportable! Estuvo un momento contemplando al joven. Al fin se resolvió. ¡Caballero! dijo dulcemente ¡caballero! Montiño abrió los ojos.

¿No te duermes? volvió a preguntar Ricardo. Ya te he dicho que no quiero dormirme... ¡Me encuentro tan bien despierta!... El que duerme no padece, pero tampoco goza... Sólo es bueno dormir cuando se sueñan cosas lindas, y yo no las sueño casi nunca... Ahora me parece que estoy durmiendo y soñando... ¡Te veo de un modo tan raro!... Estoy viendo el cielo debajo y el mar encima.