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En las charcas del río, las ranas comenzaban a templar sus instrumentos de dos notas para la interminable sinfonía de la noche; en la inmediata carretera sonaba el chirrido de los carros. La humedad del sombrío arbolado empapaba las ropas de Juanito, adormeciéndole.

También existe una variedad de muy poco tamaño, y que al perseguirlo arroja un agudo chirrido: es común en todo el Archipiélago. Tagua ó ardilla. Existen varias especies: la más notable es la ardilla voladora, de cola parda y gris, con motas blancas; se sirve de la piel que le sobresale en los costados para dar su vuelo ó salto. Tampoco son muchas las variedades de paquidermos.

Me estás tratando con mucha dureza respondió atribulado el joven, haciendo pucheros para llorar. Va usted a dispensarme que intervenga en este asunto manifestó entonces el presbítero con voz que parecía el chirrido de una bisagra enmohecida, incorporándose un poco y llevándose nerviosamente la mano a las gafas para sujetarlas.

En el centro de una ola enorme, á cien varas de distancia, aparecieron las obscuras piedras de un arrecife, cubiertas de espuma. El capitán se lanzó al timón y comenzó á dar voces de mando, los marineros practicaron las maniobras sin perder momento, giró el botalón con prolongado chirrido y el galeón cambió de rumbo, á cortísima distancia de los amenazadores peñascos.

Mas no por eso cesará mi canto, que en el concierto inmenso, de la tibia mañana que la dulce y alegre primavera con aromas y flores engalana, del grillo entre las yerbas escondido el ingrato chirrido, se une al canto de amores regalado del pardo ruiseñor enamorado, y al zumbido monótono y constante del insecto infeliz, el tierno arrullo de la tórtola amante y del arroyo el plácido murmullo; y de unos en la de otros confundida la voz, ésta apacible, aquélla ingrata, forman, por atraccion desconocida, el himno poderoso de la vida que en los aires fermenta y se dilata.

El tanque, que contenía una tonelada de combustible, salía de las entrañas del barco, se remontaba hasta la punta del puente aéreo y, deslizándose con incesante chirrido, entraba tierra adentro para vomitar su contenido en una de las varias montañas de hulla que se interponían entre aquella parte del establecimiento y la ría.

Y de pronto suena un chirrido largo, igual, uniforme, que se quiebra a poco en un ris-rás ligero y cadencioso. Luego, otra cigarra comienza; luego, otra; luego, otra... Y todas cantan con una algarabía de ritmos sonorosos. Azorín gusta de observar las plantas. En sus paseos por el monte y por los campos, este estudio es uno de sus recreos predilectos.

Oyóse en aquel momento el chirrido de las cadenas que bajaban el puente levadizo; los expedicionarios aclamaron á su jefe, que puesto al frente de la columna había dado la voz de marcha y Roger, besando fervorosamente el fino cendal, lo ocultó en el pecho y salió corriendo al patio.

Después trazó el de su niña «Emilia»; después el de su hijo mayor «Pepito». Las letras despedían hermosos reflejos azules. El dedo de la condesa, al trazarlas, producía débil chirrido. Quedóse un instante pensativa. De pronto escribió rápidamente con caracteres casi ininteligibles sobre el cristal el nombre de «Carlos». Era el de su marido.

De vez en cuando sonaba perezosamente una campana en las torrecillas de ladrillo rojo, llamando á gentes invisibles: se entreabría un portón con agudo chirrido, dejando ver una cofia monjil, blanca y almidonada y un rincón de huerto frondoso.