Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 13 de mayo de 2025
¡Oh! barástolis exclamó D. Benigno, cerrando el puño amenazador , por vida de.... Estoy indignado contra ese hombre, y bien merecía que usted lo despreciara.... Si usted viene a mí entonces y me cuenta lo que le pasa, como me lo cuenta ahora, juro a usted que voy derecho a ese hombre y le cojo, y le digo: «Oiga usted, caballero...».
No lo aseguro. Pero pasado algún tiempo es fácil que consintiese. Sólo Dios es eterno. Y usted desea.... Lanzado de improviso a un mar de confusiones, D. Benigno no pudo decir más. Su amigo, quizás arrepentido de haber hecho una declaración imprudente, trató de tranquilizarle hablándole de lo bien que dirigía Cristina la dichosa nave del Estado.
Stein, al llegar al Calvario, desahogó la aflicción que le oprimía, dirigiendo una ferviente oración al Señor del Socorro, cuyo benigno influjo se esparcía en toda aquella comarca como la luz en torno del astro que la dispensa. Rosa Mística estaba en su ventana cuando los viajeros atravesaron la plaza del pueblo.
Después de almorzar, bastante después, cerca ya de las cuatro de la tarde, apareció a lo lejos la silueta elegantísima del primogénito del Sr. Corneta. Se acercó sonriente, benigno, y todos pudieron admirar sus botas de gamuza, el pantalón de punto con botoncitos de nácar a los lados y la preciosa americana de franela que ceñía su talle.
Muy avanzado estaba el invierno cuando Cordero y su amigo, despidiéndose con no poca alegría del Real Sitio, emprendieron su penoso viaje a la Corte por entre nieves y hielos. Separáronse del modo más cordial en la posada del Dragón, y D. Benigno, desmejorado y cojo, se fue a su casa con toda la rapidez que lo permitía su detestable andadura, mientras Salvador buscaba donde alojarse.
Reproducir aquí los apóstrofes que de su venerable boca echó D. Benigno al ver la matanza, las observaciones atinadísimas que hizo acerca de las justicias populares y del aborrecido imperio del vulgo, fuera imposible, sin dar a este relato dimensiones desproporcionadas.
Como si el diablo fuese ordenador del tiempo en perjuicio del amor, tardó bastantes días en llover, con lo cual don Juan comenzó a desesperarse; tanto, que pensó en dar un golpe decisivo para inquirir dónde vivía Cristeta. Pensó primero en que lo averiguase Benigno, su ayuda de cámara; pero Julia era guapa, el hombre podía encapricharse... Resolvió hacer la diligencia por sí mismo.
Su buena figura, su conducta intachable, su instrucción, su entretenida palabra 8, tratándose de referir viajes o verosímiles casos y peligros le dieron muchas simpatías en todas partes. Había dejado de visitar a Genara y a D. Benigno Cordero por razones poderosas; pero en cambio frecuentaba otras muchas casas decentes, a donde concurría en personal de ambos sexos lo más selecto de la Corte.
También la casa de Gumersindo Arnaiz, hermano de Barbarita, ha pasado por grandes crisis y mudanzas desde que murió D. Bonifacio. Dos años después del casamiento de su hermana con Santa Cruz, casó Gumersindo con Isabel Cordero, hija de D. Benigno Cordero, mujer de gran disposición, que supo ver claro en el negocio de tiendas y ha sido la salvadora de aquel acreditado establecimiento.
Cuando me dijo usted aquellas palabras manifestó D. Benigno, quitándose los anteojos para limpiar los vidrios que se habían empañado ligeramente me quedó en el primer momento en éxtasis y como deslumbrado. Después tuve la suerte de no dejarme alucinar por las pasiones, y de ver claro en un asunto tan expuesto al error.
Palabra del Dia
Otros Mirando