United States or Austria ? Vote for the TOP Country of the Week !


Iban algunos armados de trabucos, ceñida la cabeza con el pañuelo aragonés, cómodo tocado de las revoluciones. Su actitud y sus rumores anunciaban la agitación que en el pueblo reinaba. Iba á cometerse un gran crimen. ¿Sabía el pueblo lo que iba á hacer y á qué principio obedecía haciéndolo?

Por las estrechas calles de la isla corría la lluvia formando arroyos, y descalzos o hundiendo sus zapatos en el agua, llegaban hombres con hachones y trabucos; mujeres guardando sus pequeñuelos bajo la hinchada tienda que formaban las sayas subidas a la cabeza.

Recogieron los ladrones las hermosas medallas, apoderáronse también de la plata labrada que hallaron a mano, y se retiraron de los Pazos a las seis, antes que anocheciese del todo. Algún labrador o jornalero les vio salir, pero ¿qué había de hacer? Eran veinte, bien armados con escopetas, pistolas y trabucos.

Clara, á la madrugada, entró en el período de las conjeturas; forma con que el espíritu se da todos los tormentos imaginables. ¿Qué le había pasado? ¿Volcaría el coche? ¿le habrían salido ladrones con aquellos tremendos trabucos que pintan en las estampas? ¿Habría desistido del viaje? ¿Tendría tal vez amores con alguna muchacha del pueblo? ¿Le detendría alguna partida de realistas?

Cerrábase el establecimiento lo mismo que una fortaleza, y se armaban el patrón y sus dependientes con trabucos y fusiles viejos guardados debajo del mostrador como herramientas profesionales. A esta guarnición uníanse los parroquianos de los ranchos inmediatos, que corrían a refugiarse con sus familias en el boliche, único edificio de ladrillo en muchas leguas a la redonda.

La blancura de la iglesia, enjalbegada de cal, con sus arcadas frescas y sus ribazos de piedra seca coronados de nopales, hacía pensar en una mezquita africana. Tenía más de fortaleza que de templo. Sus tejados estaban ocultos por el borde superior de los muros, especie de reducto sobre el cual habían asomado muchas veces escopetas y trabucos.

Una masa de cascos y chambergos chocaba, sobre dos navíos aferrados, con otra de turbantes blancos y rojos, y sobre ellas alzábanse mandobles y picas, cimitarras y hachas de abordaje. El disparo de cañones y trabucos cortaba con lenguas rojas el humo del combate.

Una panoplia antigua completa, otras dos modernas muy brillantes y bordadas; escopetas, pistolas y trabucos de todas épocas y tamaños llenaban las paredes y los rincones. En arcas y armarios guardaba don Víctor con el cariño de un coleccionador los trajes de aficionado que había lucido en mejores tiempos.

La piratería y el contrabando formaban el pasado histórico de todos los pueblos que visitaba Ulises, amontonados unos al abrigo de un promontorio coronado por un faro, abiertos otros en la concavidad de una bahía moteada de islotes con cinturas de espuma. Las viejas iglesias tenían almenas en sus muros y troneras junto á las puertas, para el disparo de culebrinas y trabucos.

Eurípides lo ha dicho: «Contra el destino y la necesidad no existe refugio». ¡Pero contra los bandidos y canallas existen los trabucos, y yo tengo en mi casa algunos cargados hasta la boca! exclamó exasperado el capitán. No fué posible convencerle. El Sr. de las Matas se esforzó en vano en traerle á la razón representándole la inutilidad y los peligros de cualquier oposición.