United States or Venezuela ? Vote for the TOP Country of the Week !


Yo ya me felicitaba de que hubiéramos escapado, cuando tres o cuatro hombres salieron del bosque y nos gritaron que nos detuviéramos; pero algunos buenos fustazos despertaron el valor de los caballos. Uno de los bandidos invisibles hizo un disparo de pistola y la bala pasó tan cerca de mis oídos, que todavía me siguen zumbando. Desde ese momento los caballos galoparon sin cesar hasta el castillo.

Media hora había transcurrido, empleada por los ladrones en jurarse unos á otros no decir nunca á su capitán que habían perdonado la vida á un hombre, cuando de pronto apareció Parrón, trayendo al segador en la grupa de su yegua. Los bandidos retrocedieron espantados.

Sin embargo, Materne estaba pálido. El posadero, que no se daba cuenta de nada, prosiguió: Ustedes tienen que temer más bien, por el bosque de las Baronías, a esos bandidos de Dagsburg, del Sarre y del Blanru que se han sublevado en masa y quieren volver al 93. ¿Está usted seguro? preguntó Materne haciendo esfuerzos por dominarse. ¡Estoy seguro!

Los bandidos lo hacen prisionero, y su capitán resuelve someterlo á las pruebas más duras, para deducir de su muerte cuál ha de ser la suya propia. Enrico es atado á un árbol y asaeteado sin compasión; pero en vez de asustarse, se burla de Dios y se ríe en sus barbas de la muerte.

¿Y cómo nos las vamos a componer si esto dura mucho? se preguntó el Capitán con cierta inquietud ; porque estos bandidos son capaces de tenernos sitiados sabe Dios hasta cuando. No tenemos prisa, tío replicó Cornelio : se está muy bien en este nido de cigüeñas. Pero ¿y los víveres? ¿y el agua? ¿Tratarán verdaderamente de sitiarnos? preguntó Van-Horn. Estoy seguro de ello, viejo mío.

Poco me importaría morir matando, pero tengo que proteger á mi pobre esposa. ¿Qué nos aconsejáis, barón? Para consejos estoy yo, que todavía no á qué viene ni qué significa esta matanza. Son esos perros bandidos del bosque, la ralea peor que se conoce en la tierra. Se han apoderado del castillo. Mirad por esa ventana. ¡El cielo me valga!

En vano el gobierno de la capital hacía decir á los periódicos que sólo se mantenían en armas algunos bandidos, á los que pensaba exterminar de un momento á otro.

Aquí en estos bosques no hay peligro ninguno prosiguió Barragán . Pero si usted caminase por algunos de América ya podría usted ir con más cuidadito. A lo mejor salta el tigre o se tropieza con los bandidos... Barragán al proferir estas palabras dio un paso hacia Elena. Esta se puso más pálida aún y sin saber lo que decía con voz alterada exclamó: ¡Haga usted el favor!

Zaldumbide no era partidario de maltratar ni de pegar siquiera a los negros, no por nada, sino por no estropearlos. Los demás capitanes negreros trataban a fuetazos a sus negros. Estos fuetazos no eran mas que el ligero prólogo de los que les darían después los bandidos de América.

Esos son sentimientos muy nobles replicó el oficial después de un instante de silencio ; pero la humanidad tiene sus derechos, y derramar sangre inútilmente es hacer el mal por el mal. Entonces, ¿por qué venís a nuestro país? gritó Catalina con voz aguda . Marchaos y os dejaremos tranquilos. Después añadió: Hacéis la guerra como los bandidos: robando, saqueando y quemando.