United States or Albania ? Vote for the TOP Country of the Week !


Estuvieron batiéndose con ferocidad, a distancia como de treinta pasos, tirándose de los pelos, dándose dentelladas y cayendo juntas en la mezcla inarmónica de sus propios sonidos. Al fin venció Semíramis, que resonaba orgullosa marcando sus nobles acentos, mientras se extinguían las notas de su rival, gimiendo cada vez más lejos, confundidas con el tumulto de la calle.

Las bujías se iban gastando; la orquesta, que había tocado sin éxito alguno dos o tres bailables, se desmoralizaba; los músicos charlaban en voz alta o paseaban por el salón y hasta fumaban; los hujieres y mozos bostezaban, tirándose unos a otros indirectas referentes a las dulzuras del lecho.

Tan agudas y vivas fueron las agujetas que le acometieron, que hasta, cuando se hallaba durmiendo creía estar tirándose a fondo. Despertaba sobresaltado con terribles dolores en las articulaciones. ¡Luego aquel M. Lemaire era tan cruel!

¡Si no le he visto, mujer; si no le he visto! repetía dulcemente el anciano. Olóriz, en pie delante de nosotros, pálido, silencioso, hacía una figura verdaderamente desgraciada, tirándose con mano convulsa de la barba hasta arrancarse algunos pelos. Tomé el partido de dejarla desahogarse. Cuando hizo una pausa, le dije en son de broma: Vaya, Raquel, no sea usted tan nerviosilla.

Publio Esperoni recibió la noticia sin pestañear, con ostensible incredulidad, tirándose los negros mostachos... Jacinto Luque, poeta barbilampiño y melenudo, tal vez por contradecir a su execrado rival, dijo que la noticia era cierta...

Cada vez más furioso, y tirándose de los pelos y revolviéndose en el asiento, Puig comenzó a desahogarse en catalán, lo que fue una gran fortuna, pues no lo entendíamos. Sólo por la entonación y por las furiosas miradas que alguna vez nos dirigía, sabíamos que nos estaba poniendo como trapos. En esto íbamos llegando ya a la estación de Arjonilla.

Yo creo que el sol de América le echaba a perder el cutis. Los mosquitos le hacían más daño todavía. Barragán permanecía silencioso con el fiero semblante contraído, mostrando bien lo poco grata que le era aquella visita. Los chicos no parecían advertirlo y siguieron piropeándole todavía tirándose uno al otro la pelota en el tono más suave y meloso que puede imaginarse.

La fatalidad había levantado infranqueable barrera entre ellos; pero el joven, caprichoso de suyo y testarudo, con la agravante de encamotado, tenía hecho el juramento de vencer todos los obstáculos, y conseguir la mano de la muchacha: ítem más, la reconciliación de las dos familias. ¡Qué final de melodrama más hermoso; una boda y pelillos a la mar, o canje de abrazos fraternales entre los que han andado durante toda la obra tirándose los trastos a la cabeza!

Y en el teatro de los anamitas, los cómicos vestidos de panteras y de generales, cuentan, saltando y aullando, tirándose las plumas de la cabeza y dando vueltas, la historia del príncipe que fue de visita al palacio de un ambicioso, y bebió una taza de envenenado. Pero ya es de noche, y hora de irse a pensar, y los clarines, con su corneta de bronce, tocan a retirada.

Después se venía hacia el prado de los nogales o Nozaleda, donde todos se reunían. Pablito no infringió un ápice el programa. Compró más de una docena de pucheros de leche y gran cantidad de bizcochos, con que obsequió a sus conocidas. Luego retozó con ellas largamente, haciendo rodar a varias por el prado y tirándose él mismo en medio del entusiasmo general.