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Momentos después alzó éste su rostro para decir con balbuceos de emoción: Nada queda que hacer... ¡Muerto! Viendo que Canterac se aproximaba al grupo para saber lo ocurrido, Torrebianca salió á su encuentro, cerrándole el paso. El gesto triste del marqués, antes que sus palabras, revelaron al ingeniero la verdad.

El día siguiente lo pasó por entero en el mar con el tío Ventolera. De vuelta a su vivienda encontró fría sobre la mesa la cena que le había traído el Capellanet. Unas cruces y el propio nombre de Febrer grabados en el muro a punta de acero le revelaron la visita del atlot. El seminarista no podía permanecer quieto teniendo un cuchillo al alcance de su mano.

Al cumplir los doce se le revelaron los proyectos que había sobre ella, los cuales se reducían a enviarla a Francia a terminar su educación en un colegio de los más afamados de París. No supo la niña, por de pronto, si la noticia la alegró o la produjo el efecto contrario.

Después que consiguió asegurarme como su víctima, se revelaron casi instantáneamente sus verdaderos instintos, que eran los de un hombre que vive a fuerza de sus infamias y para quien el corazón de una mujer no tiene valor alguno, y desde entonces hasta ahora, aunque el mundo creía que era soltera, y asistía como niña a todas las fiestas y reuniones del más brillante círculo de Londres, he vivido, sin embargo, constantemente presa de un terror pánico del hombre que por la ley era mi esposo.

En el primer momento la fisonomía del Príncipe Zakunine había permanecido sin expresión; parecía que éste no hubiera oído, o que no hubiera comprendido; pero, poco a poco, una amarga e irónica contracción de los labios, un encogimiento de las cejas sobre los ojos de pronto hundidos y casi risueños, animados por una risa casi dolorosa, revelaron la sensación de estupor, de incredulidad y en cierto modo de diversión, que tan inopinado cargo despertaba en su ánimo.

A obediente y humilde no le ganaba ningún niño, y por tener todas las perfecciones, hasta maltrataba la ropa lo menos que maltratarse puede. Pero sus inauditas facultades no se habían mostrado todavía: iniciáronse cuando estudió la Aritmética, y se revelaron más adelante en la segunda enseñanza.

La señora de Aymaret oyó a pesar suyo algunas de las palabras que en tenue voz cambiaban los interlocutores, y aun cuando en tal tono dichas, nada tenían, en verdad, ni de misteriosas ni de confidenciales... y, sin embargo, cuando se vieron en presencia de la vizcondesa sus rostros revelaron confusión.

Sus terribles castigos revelaron un carácter de hierro tal como se necesitaba en aquella sangrienta ocasión.

No sucedió lo mismo a la marquesa de Sabadell: viola muy bien esta, la conoció al punto, y el temblor de sus manos, el gesto espontáneo de horror con que apartó la vista, el ansia cruel con que se levantó su pecho, sin que pudieran exprimir sus vaivenes una sola lágrima, como si se hubiese agotado ya en aquel corazón el manantial de ellas, revelaron claramente la impresión horrible que le hacía la presencia de aquella mujer funesta, que encontraba por primera vez después de tantas desgracias.

La asociación benéfica a que pertenecía no se acomodaba al ánimo emprendedor de Guillermina, pues quería ella picar más alto, intentando cosas verdaderamente difíciles y tenidas por imposibles. Sus talentos de fundadora se revelaron entonces, asustando a todo aquel señorío que no sabía salir de ciertas rutinas.