United States or Mali ? Vote for the TOP Country of the Week !


Excuso decirles que menudearon las sesiones confidenciales, y como resultado de ellas, que Clotilde sufrió todos los días la influencia fascinadora de esta chalina sobrenatural; a la postre se declaró vencida, entregándose a ella atada de pies y manos. La chalina se dignó alzarla del suelo y otorgarle la merced de su cariño. ¿Cómo la chalina? preguntó uno que dormitaba.

He aquí el retrato de mi madre, tal como está trazado en las primeras páginas de las notas confidenciales de su vida. Alicia de Roys, tal fue el nombre de mi madre, hija de M. Roys, director general de la hacienda del señor duque de Orleans.

En seguida, Mabel me indicó, en voz baja, que deseaba verse a solas conmigo en el salón de la mañana; y cuando estuvimos los dos allí y hube cerrado la puerta, me dijo: Anoche he estado registrando la pequeña caja de hierro que hay en el dormitorio de mi padre, donde algunas veces guardaba sus papeles particulares, cartas confidenciales y otras cosas.

La señora de Aymaret oyó a pesar suyo algunas de las palabras que en tenue voz cambiaban los interlocutores, y aun cuando en tal tono dichas, nada tenían, en verdad, ni de misteriosas ni de confidenciales... y, sin embargo, cuando se vieron en presencia de la vizcondesa sus rostros revelaron confusión.

Nosotros nos mantuvimos silenciosos, tal vez por el sentimiento instintivo de que esto no era más que un preliminar de relaciones más confidenciales, y quizá también por cierta vergüenza de nuestra anterior curiosidad.

Y no faltan autores que en este punto vayan aún más lejos, y se complazcan en ciertos detalles confidenciales que pueden interesar sólo, y exclusivamente, á un corazón único y á una inteligencia en perfecta simpatía con la suya, como si el libro impreso se lanzara al vasto mundo con la certeza de que ha de tropezar con el sér que forma el complemento de la naturaleza del escritor, completando el círculo de su existencia al ponerlos así en mutua comunicación.

Era el antiguo mayordomo del plantador; el feliz esposo de la abominable Sofía, que me presentó diciéndole que tenía que hacerle unas preguntas. Vi que con tal personaje no hacían falta precauciones oratorias, y le dije: Tengo, caballero, que pedir a usted unos informes confidenciales, referentes a un matrimonio... ¿Un matrimonio?... Bueno... bien...

Bermúdez de Castro no sabía que ya desde el siglo anterior circulaban en Inglaterra importantes documentos de la historia de Antonio Pérez; las cartas confidenciales que había dirigido al Conde de Essex, conservadas entre los papeles reservados de Antonio Bacon . No pudo tampoco haber á las manos la correspondencia oficial de los embajadores de España en Francia, sustraída del Archivo de Simancas; y como hallara en la marcha de los sucesos lagunas infranqueables, buscó en el criterio vehículo con que pasarlas; recurso criticado por M. Mignet, al advertir que los pormenores, á su parecer de pura invención, amenguan el valor y la autoridad de tan buen trabajo.

Si se trata de un caso de averiguaciones confidenciales o secretas, ciertamente, tendrá mucho más éxito que el que usted pueda alcanzar. En el acto que ponga usted los pies en esa calle, se sabrá en todas las casas de vecindad que un inglés anda haciendo preguntas. Y añadió con una sonrisa significativa, en la vía San Cristófano se ofenden si les dirigen preguntas.

El amigo García gozó el privilegio de asistir a estos ensayos y hacer sobre ellos profundas y sabias disquisiciones, aunque siempre confidenciales, esto es, cuando se ponía al habla con Tristán. De otra suerte, sentía por el anciano académico un medroso respeto. Desde que comenzaron los ensayos todas las facultades psíquicas de García se concentraron en este magno acontecimiento.