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Y consignó uno de aquellos, que «en una de las sesiones oratorias, le sirvió de tema el pueblo de Israel, y con lenguaje expresivo y sublime enarró las maravillas de aquel pueblo excepcional»: que no era posible decir cosas más hermosas y poéticas, pero «que cuando el orador se consideró en la cumbre del monte Nebo y presentó al pueblo israelita y a Moisés contemplando la tierra prometida, su elocuencia fue nueva, sorprendente, y lo sublime parecía poco ante aquel espíritu transfigurado por el pudor cuasi divino de las ideas». Fue en Venezuela que dijo, hablando de la independencia de América: «El poema de 1810 está incompleto y yo quise escribir su última estrofa». Luego Martí, no pudiendo amoldarse a las exigencias del Gobierno de aquella República, del cual era entonces Presidente el general Guzmán Blanco, salió de allí, despidiéndose en una carta bellísima de los venezolanos que amó.

Es ó no verdad lo que se sustenta, es ó no útil lo que se propone, aquí lo único á que se ha de atender; lo demas es extraviarse miserablemente, es olvidarse del fin de la deliberacion, es jugar con los grandes intereses de la sociedad, es sacrificarlos al pueril prurito de ostentar dotes oratorias, á la mezquina vanidad de arrancar aplausos.

Guillermina, en aquellas grandes crisis oratorias, tuteaba a todo el mundo... Después de empujar hacia la puerta a Jacinta y a Rafaela, volviose al desgraciado, que no acertaba a decir palabra, y echándose a reír con angélica bondad, le habló en estos términos: «Perdóname que te haya tratado duramente como mereces... Yo soy así. Y no te vayas a creer que me he enfadado.

Puesto que lo ha adivinado usted, no tengo que tomar precauciones oratorias... Se lo ruego a usted, señora; ¿de qué se la acusa? Cálmese usted o no me atreveré a continuar... Se trata, creo, de una ligereza... una imprudencia... Pero las suposiciones malignas van más lejos...

Lo que piensas sin atreverte a decirlo; lo que yo veo a través de tus precauciones oratorias, es que he debido de dejarme engañar por una ambiciosa coqueta y pobre, que ha creído hacer una excelente presa y que finge el amor para asegurarse una posición.

Lo de pedante y otras expresiones parecidas dijo no debe usted aceptarlo como verdades indiscutibles. Son libertades oratorias, hijas de la improvisación, que yo mismo empiezo por no creer. Los oradores somos así. Ahora que le conozco, querido profesor, declaro que es usted hombre de ingenio y que me ha hecho pasar un rato muy agradable. Hasta mañana.

Ya todo el mundo se la daba. ¡Quién hubiera reconocido a la brillante oradora del banquete del Círculo Rojo en aquella mujer que pasaba con el mantón cruzado, vestida de oscuro, ojerosa, deshecha! Sin embargo, sus facultades oratorias no habían disminuido; sólo cambiado algún tanto de estilo y carácter.

Con el auxilio de las formas dialécticas, traveseaban en demasía los ingenios sutiles y cavilosos; con las formas oratorias se envuelven á menudo los espíritus huecos. Est modus in rebus . La inspiracion. Es un error el figurarse que los grandes pensamientos son hijos del discurso; este, bien empleado, sirve algun tanto para enseñar, pero poco para inventar.

El defensor de éste era un abogado de experiencia e inteligente, pero que carecía en absoluto de las dotes oratorias de su contrincante. Tenía palabra abundante, pero era monótona, pesada, más a propósito para dilucidar algún punto oscuro en un expediente civil que para arrastrar el espíritu del tribunal y del público.

Se daban en las calles vivas a la República, faltaba poco para que se encendieran cirios ante la estampa de Castelar; y entre este torbellino de discursos, aclamaciones, Marsellesa a todas horas y percalina tricolor, destacábase el fanático médico, predicando en las plazas, hablando en las eras de los pueblos vecinos, explicando los Derechos del Hombre en las veladas nocturnas del casino republicano de la ciudad; entusiasta hasta el lirismo, repetía con diversas palabras las mismas odas oratorias del tribuno portentoso que en aquella época corría España de una punta a otra, haciendo comulgar al pueblo en la democracia al son de sus estrofas, que sacaban de la tumba todas las grandezas de la historia.