United States or Rwanda ? Vote for the TOP Country of the Week !


Ambos fueron amparados por el Conde de Essex, y probablemente á su costa impresos, aunque la voz pública admitiera por editora á la Reina . Los libros que hizo fueron imprimidos á costa de la Reyna y han embiado un gran número dellos en Aragón para revolver aquel reynoAvisos de Inglaterra. Arch. de Simancas. Estado. Flandes, leg. 609.

Fue todo lo que pudo sacar de él D. Nemesio, quien por su parte nos enteró prolijamente de su patria, condición, familia, carácter y cuantas circunstancias podían ser directa o indirectamente útiles para su biografía. Era un propietario rico de Simancas, donde había nacido y criádose, y tenía mujer y siete hijos, cuatro de ellos casados.

VS. me mande su parecer, para q. no pareciendo serbirse dél no lo tenga mas en esperanças, q. yo allaré salida para responderle de q. por aora no se quier tratar de nada asta acabadas las cortes de aragon. Arch. Nat. de París, Papiers de Simancas, K-1.592, B-81, pág. 48. Il.^mo Sr.

Descontento Abdallah con tal contratiempo, persiste, sin embargo, en su propósito de poseer á la bella Leonor, y acude con tal propósito al rey Mauregato. Este, que es enemigo de Nuño, se apresta á acceder á sus deseos; la casa de Nuño, en Simancas, es cercada por hombres armados, y sus hijas, con otras cinco señoras de la ciudad, se reservan para entregarlas á los moros.

Cumplido este deber de humanidad, volvimos de nuevo al coche con la satisfacción que se experimenta siempre que se lleva a cabo una acción buena, y principiamos a departir alegremente, escuchando yo con más atención que antes los pormenores biográficos en que se anegaba el propietario de Simancas. La luz matinal, esplendorosa ya, y la perspectiva de llegar pronto nos animaban.

No entra una sola droga en su confección, y lo mismo curan los sabañones, que la calentura, que la tisis, cuando no está en el cuarto grado, se entiende. Las calenturas perniciosas que había en Simancas se han desterrado, y la tisis no se conoce. Las chicas del pueblo los llaman «los polvos de D. Nemesio».

Y al cabo sucedió que los imperiales, después de guardar encerrado algunos meses al Maldonado Pimentel, diéronse cuenta de que nadie había sido engañado con la sustitución referida, y tuvieron que degollarlo también, me parece que en Simancas, un año después que á su homónimo.

Por semejante falta había conseguido que le entregaran á un sargento de los de la Invencible, y teníalo en su casa sometido al más bárbaro tratamiento sólo por el placer diabólico de descargar en un español su encono. Arch. de Simancas. Estado. Flandes, leg. 609.

Iría a presidio probablemente, si hablara. «En fin, en puridad, tenía... y miraba a los lados al decirlo tenía un precioso manuscrito de Felipe II, un documento político de gran importancia». Lo había robado en el archivo de Simancas. ¿Cómo? ese era su orgullo. Así es que Bedoya, seguro de aquella superioridad, miraba por encima del hombro a los demás anticuarios y callaba.

El citado Académico francés M. Mignet, teniendo por base el estudio de Bermúdez de Castro, dispuso además del contingente de papeles conservados en los Archivos de París, que son muchos, contándose los referidos que pertenecieron al de Simancas y los de la Colección importante llamada de Llorente, llevados á Francia por el autor de la Historia crítica de la Inquisición, secretario que fué del Supremo Tribunal de la misma.