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Pronunciando estas palabras se escapó, desapareciendo a favor de las tinieblas que descendían sobre el monasterio. Quise seguirla para verla una vez más, pero, lo que creí el ruido de sus pasos, era el rumor de un sauce llorón que gemía entre sus espesas ramas y su cabellera melancólica. Después repetí estas palabras: su amistad me seguirá, ¡y con qué dulzura las he repetido hasta aquí!

¡Robarte! murmuró, con una perversa expresión de odio desenfrenado en su grosera cara pálida. ¡Robarte! silbó pronunciando un sucio juramento, ¡más que eso voy a hacer! ¡Voy a ponerte donde tu maldita lengua no vuelva a moverse más, y donde no podrás decir la verdad!

Allí tienes cama y mesa y todo lo que te haga falta... Supongo que Soledad no se opondrá á que vivas con nosotros añadió bajando la voz y pronunciando con respeto el nombre de su querida. Miguel, que no estaba al tanto de ciertas interioridades, tomó aquellas palabras á burla y alzó los hombros riendo. Al cabo de un rato, Velázquez llamó al chicuco para pagar.

Temía que hubiese algo de conmoción cerebral; pero probablemente concluiría todo con una fuerte jaqueca. También propinó el bromuro potásico a fuertes dosis, y a la primera toma se adormeció el herido, pronunciando palabras sueltas, de las cuales nada pudo sacar en claro la señora de Jáuregui. ¡Y a todas estas la otra sin parecer!

Cométense grandes defectos en las analises, y por eso no han sido tan útiles, como algunos creen, las que se han hecho en estos últimos tiempos. En los siglos medios se contentaban los Físicos con hacer groseras descomposturas de los cuerpos, y pronunciando facilmente por ellas, mantenian muchos errores en el estudio de la naturaleza.

A estilo de campaña, exclamó el brigadier artista. Lo que ha de hacerse luego, hágase ahora. Y pronunciando estas palabras, abria la portezuela de un carruaje público que estaba enfrente de la fonda, invitándome á que subiera. Subo en efecto, sube él, el cochero levanta el látigo, y véanos el lector rodando, por las calles de esta moderna Nínive.

Eso ha podido ser un tajo que se os hubiese entrado hasta los dientes dijo el joven pronunciando esta nota con una calma admirable. El otro redobló su ataque. Es el caso que yo no quiero mataros dijo el sobrino de su tío ; no por cierto: sería bautizar mi entrada en Madrid con sangre. ¡Ah! ¿os empeñáis? pues... allá voy, camarada...

Luego venía Moreno, mostrando cierta turbación emotiva al saludar á Elena, enredándose la lengua y pronunciando balbuceos, en vez de palabras. Finalmente llegaba Pirovani, con un traje nuevo cada dos noches y llevando algún obsequio á la señora de la casa.

Haciéndole rabiar gozaba más que divirtiéndose ella. Ya se aplacaría el tirano, pronunciando un par de buenos sermones, y si no se aplacaba, mejor. Estaba cansada de tan grande y molesto estafermo, y bien podía suceder que no haciendo caso de sus insufribles exigencias llegase a dominarle y someterle. Para fundar este imperio convenía un golpe de Estado.

Basta un movimiento agresivo del perro para que todos huyan pronunciando allá en su interior la famosa frase de las derrotas: sálvese el que pueda. Cuando el hombre que había lanzado el primer grito de alarma salió a la calle con la escopeta, el perro se hallaba cuatro o cinco casas más abajo, pero el hombre, sin encomendarse a Dios ni al diablo, se puso la escopeta a la cara e hizo fuego.