United States or Sri Lanka ? Vote for the TOP Country of the Week !


Objetos de arte y prácticas religiosas. Ostende; su panorama; sus baños; su sociedad. El comercio y la pesca de los Belgas. La via férea que conduce de Gante á Brujas, tocando en tres pequeñas villas, se recorre en poco mas de una hora y carece de todo interes, á causa de la monotonía ó tristeza del paisaje.

"¿Quién dice a vuestra merced dijo luego que no se puede hacer? Hacerse puede, que ser imposible es otra cosa. Y si no fuera por dar pesadumbre a vuestra merced, le contara lo que es; pero allá se verá, que ahora lo pienso imprimir con otros trabajillos, entre los cuales le doy al rey modo de ganar a Ostende por dos caminos."

Don Rodrigo Calderón, trocado de vuestro paje en vuestro secretario, y engordado con vuestros secretos, y con los empleos que vende, y con la justicia que rompe, se hace fuerte y os domina; la guerra de los Países Bajos, funesta guerra de religión que ningún provecho ha podido nunca traer á España, se encrudece, se hace desastrosa, es más, injusta, deshonrosa, porque nuestros soldados sin pagas, se convierten en una plaga de Egipto, rompen la disciplina, y nuestros valientes tercios son vencidos en las Dunas, en Ostende, en el Brabante, en todas partes, á pesar de la pericia y del valor de Espínola.

Henos en Calais; aquel mar infame, que en 1870, en una larga travesía entre Dover y Ostende, me hizo conocer por primera y última vez el mareo, parece un lago de la Suiza. Piloteo a mis amigos del tren, atravesamos el canal en hora y tres cuartos, sobre un soberbio vapor, y tomamos de nuevo el tren en Dover.

Ya no quedaba funcionando en Europa ningún Casino: el de San Sebastián lo habían dedicado á convento; el de Ostende servía de laboratorio para nuevos cultivos de ostras; en todas las poblaciones de baños de mar ó de aguas medicinales, las gentes sólo se preocupaban del cuidado de su salud, y cuando querían distraerse jugaban en los paseos á la rayuela y á otros juegos de niños.

El mar del Norte, tumultuoso y amenazante en la costa de Ostende, se ostenta con majestad como una inmensa onda de plata pronta á inundar las comarcas flamencas.

Y si no fuera por dar pesadumbre, le contara a V. Md. lo que es; pero allá se verá, que agora lo pienso imprimir con otros trabajillos, entre los cuales le doy al Rey modo de ganar a Ostende por dos caminos.

Comenzó a viajar por Europa, fijando su residencia el otoño y parte del invierno en París, los meses de frío en la Costa Azul, la primavera en Londres y el verano en Ostende, con varias expediciones a Italia, a Egipto y a Noruega para ver el sol de media noche. En esta nueva existencia apenas era conocido.

En Bélgica el paso de una ciudad importante á otra tiene apénas las proporciones de un paseo, de manera que en pocas horas puede el viajero trasladarse sin fatiga desde Verviers hasta Ostende ó Courtrai, pasando por una cadena de ciudades tan importantes como Lieja, Lováina, Malínas, Brusélas, Gante, y Brujas Los ferrocarriles cruzan de tal modo la diminuta pero opulenta Bélgica, que el tránsito de una ciudad á otra equivale, en aquel hogar de cerca de 5,000,000 de hombres libres, al que se hace en una casa comoda y bien servida, de un aposento á otro.

Me reservo tratar, de las bellas artes, del comercio marítimo y de la pesca, al ocuparme de Ambéres y Ostende; pero haré notar desde ahora que la industria belga, no solo se manifiesta en el país con esplendor, sino que ejerce su benéfica influencia en otros países y aún continentes, enviando sus capitales, locomotivas y wagones, y sus inteligentes ingenieros y obreros, á extender las empresas de ferrocarriles que revolucionan el mundo.