United States or Tuvalu ? Vote for the TOP Country of the Week !


Usted viene del mundo del espíritu y le han de doler los primeros pasos sobre esta tierra muerta y silenciosa. No me sorprende. ¡Ah, si no me dolieran más que los primeros pasos! Es cierto; lo peor en la vida del campo es la monotonía, y ésta crece y se hace irresistible con el tiempo. Por lo demás, no se debe negar que este país es hermoso y que encierra mucha poesía.

Ocupado en registrar escopetas, hacer cartuchos, ordenar apuntes y dar la última mano á las maletas, llegó la mañana del día 1.°, y con ella la animación propia de un pueblo que rompe con su habitual monotonía. A las doce llegaron á caballo frente la casa real, el Gobernadorcillo de Sariaya y principales que nos habían de acompañar.

Es la curiosidad por lo secreto, el deseo que infunde el obstáculo, las fantasías mentales que inspiran los trajes, los adornos, todo lo que cubre el cuerpo femenino, dando á su monotonía la seducción de un misterio continuamente renovado. Para él, ¡ay! eran todas como si marchasen desnudas. Nada podía excitar ya su interés: todo lo conocía.

Ese espectáculo de las olas, tan pronto tranquilas en su marcha como lanzadas a la carrera en un furioso galope, tiene, a pesar de su monotonía, un inexplicable interés. Es un líquido cargado de sales, movido por el viento con un ritmo mecánico en su circulación, y, sin embargo, da la impresión de una fuerza espiritual de algo infinito.

Mientras duró la ceremonia, Edmundo mantuvo un silencio tan absoluto como el de la muerta que tenía a su izquierda y una gravedad tan indescifrable como la del recién nacido, que yacía encima de la mesa. Un ligero incidente rompió la monotonía de aquella extraña procesión.

»Con la bondad que le caracteriza me dice usted que quiere saber de . ¿Qué puedo yo decirle, Amaury? Sólo Dios ve y juzga mis pensamientos; y mis acciones se repiten a diario con una uniformidad, con una monotonía desesperante. »Durante el día me ocupo en los quehaceres domésticos y en las labores propias de mi sexo: a ratos bordo y a ratos toco el piano.

Y Mariskoff repitió, sacudiendo la ceniza de la pipa: ¡Ese es su hombre, Teodoro! ¡Mi hombre! murmuré sombríamente. ¡Era tal vez «mi hombre», ! Mas no me seducía ir a buscar su familia, en la monotonía de una caravana, por aquellos desolados rincones de la China. Además, desde mi llegada a Pekín, no había vuelto a ver la sombra odiosa de Ti-Chin-Fú y su cometa en forma de papagayo.

Por las tardes, a la hora del coro, cuando trabajaba solo el zapaterillo, Gabriel, cansado de la monotonía silenciosa de las Claverías, bajaba al templo. Su hermano, con manteo de lana, golilla blanca y vara larga, como un alguacil antiguo, estaba de centinela en el crucero, para evitar que los curiosos pasasen entre el coro y el altar mayor.

Además, ¡qué tardes aquellas en que quería ser buena; cuando cansada de pasear por el huerto, fastidiada en su carácter ligero y voluble por la monotonía de los naranjos y las palmeras, se refugiaba en el salón poniendo sus manos en el piano!

Algún motivo de enemistad debía existir entre los dos Tristanes, porque el de la cicatriz, como le llamábamos al antiguo piloto, parecía buscar las ocasiones para herir y molestar a su sustituto. El viaje por el Pacífico es, como usted sabe, de una monotonía terrible.