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Si en ocasiones les deja obrar, suele también con frecuencia, malicioso y cazurro como es, herirlos, vengarse, más contento de ahogar á un piloto que de engullirse las embarcaciones. Con todo, tiempo hacía que no se citaba ningún accidente marítimo. El muy cálido verano de 1859 no ofreció otro siniestro en aquellos parajes que una barca destrozada en el mes de junio.

A tal Océano marítimo tal Océano aéreo. Sus movimientos alternados, el trueque de sus elementos son enteramente análogos. El distribuye el calor por el orbe, produce las sequías ó la humedad. Esta la toma de los mares, del infinito del Océano central, sobre todo en los trópicos, en los grandes hervideros de la caldera universal.

Y enternecido por la alegría pueril del amanecer, lanzaba su voz de bajo á través del marítimo silencio, entonando unas veces romanzas sentimentales que había oído en su juventud á una tiple de zarzuela vestida de grumete; repitiendo otras las salomas en valenciano de los pescadores de la costa, canciones inventadas mientras tiraban de las redes, en las que se reunían las palabras más indecentes al azar de la rima.

Tan funestos se han considerado siempre los tifones y tan frecuente su desarrollo en los mares de China y parte del Pacífico en los meses de Agosto, Setiembre y Octubre, que constituyen el trimestre del cambio de los equinoccios que antiguamente no se admitía por las casas aseguradoras ningún riesgo, marítimo en expediciones para dichos mares y en tales meses.

Al occidente el cordon de cerros ó montañas desnudas de árboles, que determinan el valle marítimo de Valencia, cerrando el horizonte á distancia de seis ó siete leguas. Al oriente el Mediterráneo, azul blanquecino, tranquilo, surcado por los buques, veleros y reflejando magníficamente los resplandores de un sol casi africano.

La noche había llegado y yo me encontraba sobre la cubierta de popa del Thames, mi domicilio marítimo hasta el día siguiente. La escena era admirable y me hizo recordar algunas lecturas sobre las noches hechiceras de Venecia.

Todo el mundo hablaba en aquellos meses del bloqueo de los Dardanelos. Los buques que surcaban el Mediterráneo, lo mismo los mercantes que los de guerra, trabajaban para la gran operación militar que se iba desarrollando frente á Gallípoli. El nombre del largo callejón marítimo que separa Europa de Asia estaba en todas las bocas.

El nombre dado al desierto, «país del miedo», hubiera podido aplicarse al gran desierto marítimo.

Está ligado á la ciudad, como he dicho, por un hermoso puente colgante, que interrumpe ó sirve de límite á la navegación del Guadalquivir marítimo. Sus muelles hacen frente á los del puerto principal de Sevilla, así como á las fortalezas que dominan el río y la estación del ferrocarril que conduce á Córdoba.

Estaba más cerca del Océano que en el puente de un trasatlántico. La fragata no levantaba espumarajos de rabioso paleteo. Se deslizaba discretamente en el silencio marítimo que guarda el secreto de los primeros milenarios de la tierra recién nacida. Los habitantes oceánicos se aproximaban á ella confiadamente al verla cabecear como un cetáceo mudo é inofensivo.