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Había sufrido un examen, y al morir doña Gregoria, era necesario cerrar el establecimiento o encargarme yo de él... Entonces, el bueno de D. Tomás se convino a que se le pagasen los muebles, y... en dos años nada le debo; estoy establecida... soy independiente, tengo un pequeño capital... lo que basta para mi dote... y ya que usted ha venido, me voy al claustro... decididamente... me voy a buscar la paz.

Estuvimos juntos en un concierto, y esta mañana ha venido al Museo para encargarme que le viera á usted inmediatamente. Yo me he resistido á cumplir el encargo, pero usted sabe lo que son las mujeres. Además, esa joven tiene su genio... Total, que estoy aquí y repito lo que me han dicho. Calló un momento, y después de mirar á todos lados, añadió con tono misterioso: Esta tarde, en San Carlos.

; ya todo lo que va a decirme; el decoro de la familia, la necesidad de sostener el buen nombre, la conveniencia de colocar bien a las niñas.... La verdad es que se necesitan tres mil duros, y que no se adquieren en unos cuantos días economizando. Lo del huerto no lo consiento, lo vuelvo a repetir.... Pero en fin, para que usted no esté triste, le prometo encargarme del asunto.

Hacía tiempo que don Quintín estaba cariñosísimo y muy servicial con Cristeta, impulsándole a ello, primero, el afán de influir en su ánimo para que tornase al teatro, de lo cual a él no podía menos de seguírsele provecho; y segundo, el haber adivinado que a la chica le bullía en el pensamiento alguna maquinación contra don Juan, empresa en que estaba dispuesto a favorecerla. «Si no tiene a ese maldito entre ceja y ceja pensaba , ¿a qué viene el encargarme cada tres días que averigüe si ha vueltoEllo fue que, por aquellos mismos días en que sobrevino la traslación del estanco, supo que don Juan estaba de regreso y acto continuo se lo comunicó a Cristeta.

Don Pedro no tiene pierna; es además, corto de brazo... Pero, como ya sabe usted que en las ajmas no hay nada seguro y a veces el que menos se piensa, lleva el gato al agua, si usted tiene algo que encargarme, hágalo antes que lleguemos. Don Rudesindo se estremeció.

La Conchilla me pertenece por testamento nuncupativo. Gracias, Alvaro. Haré que vista luto y respetaremos tu memoria hasta donde se pueda. ¿Tienes algo que encargarme? , que la sacudas el polvo cada ocho o diez días. Si no suelta algunas lágrimas todas las semanas se pone enferma. Corriente. Así se hará. ¡Ah! y que sea con el bastón. Se ha acostumbrado a ello y no lo tolera con la mano.

Estoy decidido a encargarme el calzado fuera de Pilares. ¿Qué le vamos a hacer? Pero este par de botas... murmuró Belarmino, dando vueltas a una de ellas, y descubriendo consternado los desgastes y quebrantos que la bota había padecido por el uso, evidentemente prolijo. Añadió con timidez: Están muy usadas. Por favorecerte, las he puesto un par de veces. Algo más se atrevió a corregir Belarmino.

Basta, amigo mío; a tal promesa cerraré de hoy más mis ojos y mis oídos. Por mi parte no puedo menos de agradecerle que me haya llamado con toda confianza y elegido para encargarme la misión de acabar con las audacias de un impertinente. ¡Cómo! ¿Qué quiere usted decir? Tengo el honor de saludarle, señor conde dijo Amaury, haciéndolo gravemente. Perdone usted, Leoville.

¡Qué imprudente he sido al encargarme del secreto de otra! ¡Cómo me arrepiento de esta fatal condescendencia y del movimiento de lástima que me impulsó a ello! Mi padre está un poco triste y preocupado, aunque se esfuerza por no dejarlo ver. Estaba acostumbrado a la idea de que Máximo sería su hijo, él mismo me lo ha confesado.

Estoy muy atareado para poder encargarme de los asuntos de los demás.... Sin embargo, basta que vengan con este joven, al que aprecio, para que me decida a hacer algo por ustedes.... ¿Dice usted, niña, que son ocho mil reales? Bueno; pues compraremos Cubas: es el mejor papel. Ahora están a noventa y ocho, pero no tardarán en subir, se lo aseguro a ustedes.