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No, no, ni Dios lo permita o quiera. Los varones prudentes, las repúblicas bien concertadas, por cuatro cosas han de tomar las armas y desenvainar las espadas, y poner a riesgo sus personas, vidas y haciendas: la primera, por defender la fe católica; la segunda, por defender su vida, que es de ley natural y divina; la tercera, en defensa de su honra, de su familia y hacienda; la cuarta, en servicio de su rey, en la guerra justa; y si le quisiéremos añadir la quinta, que se puede contar por segunda, es en defensa de su patria.

Aquí no se conspira. Y si yo conspirara, lo haría de modo que no vinieran á sorprenderme los lechuguinos de la Milicia Nacional. Clara estaba temblando. La parecía que el militar, ofendido por aquel insulto, iba á desenvainar el tremendo sable que llevaba en la cintura y á descargarlo sobre la cabeza del realista. Pero aquel sonrió desdeñosamente y dijo: Amigo, veo que me juzga usted mal.

Seguían en su ritornelo las vihuelas, limpiábase el pecho para empezar de nuevo, tal vez con algún madrigal competidor del soneto, el encendido amante, cuando las voces de ¡ténganse a la justicia! que vinieron de lo alto de la callejuela, cortaron en un punto el puntear de las vihuelas, y dejaron lugar al chocar de los broqueles, que apresuradamente los músicos se arrancaban del cinto, y que tal vez al desenvainar las espadas daban contra sus gavilanes; y a poco, no era ya dulce música lo que en la calle se oía, sino áspero son de espadas, que por los raudales de chispas que de ellas saltaban, no parecía sino que se habían allí reunido todas las fraguas de Vulcano.

Entonces el teniente, a quien devoraba el fuego de la guerra, mandó desenvainar los sables, y sonriendo ferozmente, cargó sobre la muchedumbre como un jabalí indomable. Al verlo, un vivo estremecimiento corrió por los miembros de cada uno de los lacienses.

Las furias están desencadenadas; el general Huidobro es amenazado con la lanza, si bien tiene el valor de desenvainar su espada y prepararse a defender su vida.

Jóvenes, leales y valientes, les bastaba que el Rey manifestase sus deseos; lo único que deseaban era mostrarle su buena voluntad, y tanto mejor si para ello tenían que desenvainar la espada. Así quedó trasladado el teatro de los sucesos desde Estrelsau al palacio de Tarlein y al castillo de Zenda, que se alzaba sombrío y amenazador al otro lado del valle.

No se había atrevido á desenvainar la daga, porque temía no le aconteciese otra negra aventura como la que creía haberle acontecido la noche anterior; esto es: matar á un hombre entre lo obscuro, sin voluntad alguna de matarle. Y siguió, siguió andando con paso tan rápido, que se cansó al fin y se sentó en el escalón de una puerta.

El Leopardo puede aceptar luchas con el Águila, pero no la provoca á ellas. ¿Francia? Mientras no arregle cuentas con Alemania, evitará contiendas con otras naciones fuertes y civilizadas. ¿Alemania, Rusia? No tienen intereses coloniales en América; y Rusia, de desenvainar la espada, lo haría á favor de su antigua amiga la Unión Americana.

Me habéis prometido no desenvainar la espada, señor alférez dijo Juan Montiño. Es verdad que os lo he prometido, aunque no es la costumbre: los padrinos siempre riñen. Lugar tendréis de reñir si me matan; pero entremos bajo techado, porque llueve muy bien. Eso es: en estas casas hundidas han quedado algunas habitaciones en pie. ¿Estáis ahí, amigo Velludo? Aquí estoy. ¿Habéis traído linterna?