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Actualizado: 28 de mayo de 2025


Angustiado, trémulo, me dirigía yo a Dios, pidiéndole ayuda, ¡pidiéndole un milagro!... El corazón, rendido de cansancio, quedaba insensible; la inteligencia entorpecida no acertaba a fijarse en nada... hasta que recobraba fuerzas el corazón. Entonces me ocurría que todo aquello era una pesadilla espantosa, de la cual despertaría consolado y feliz.

¡Qué embriaguez de pasión en su acento febril! ¡Cómo se buscan sus voces! ¡parece que quisieran besarse! En la orilla del torrente crecen los sauces, En los valles se extiende la nieve; Querida niña, tenemos que separarnos... Parto para la guerra, voy a afrontar la muerte... La separación, amada mía, es cruel... Sus voces se pierden en un murmullo trémulo.

Gracias por todo, ¡por todo, , señor! respondió el boticario trémulo de voz y conmovido, como si se despidiera de don Alejandro hasta la eternidad. Retrocedió Bermúdez hacia Peleches; y andando cuesta arriba y meditando, dejó escapar de su pensamiento, y como si fueran el resumen de sus meditaciones, estas palabras: ¿Qué apostamos ¡canástoles! a que ese pobre boticario vale mucho más que yo?

Y el duque sacó una cajita de terciopelo, la abrió, y dejó ver dentro una cruz de Santiago, esmaltada en una placa de oro. ¡Ah, señor! exclamó trémulo de alegría el cocinero ; ¿me da vuecencia el hábito de Santiago? ¿Y para qué le queréis vos? ¿para que no os atreváis á entrar en la cocina, por temor de que se os manche la cruz? Cayó dolorosamente despeñado de lo alto de su vanidad Montiño.

Todos los días iba hacia la casa azul trémulo de esperanza, agitado por la ilusión. «Tal vez sea hoy», se decía. Y le temblaban las piernas, y la saliva parecía solidificarse en su garganta, ahogándole.

Los ojitos de Buby rebosaron entonces admiración profunda, y con la voz empañada por las lágrimas y trémulo el pechito por el temblor de un sollozo, preguntó: ¿Y por qué soy yo Rey, y tengo de todo, y ellos son pobres y no tienen de nada?

Una crítica de los sonetitos aquellos.... ¿Y quién es Agustín Venegas para meterse a crítico? Lea usted. Don Román estrujó el periódico y leyó. A las pocas líneas se puso trémulo, pálido, balbuciente. Han creído que usted es el autor. Lamento lo que ha sapado. Nunca pude imaginar....

Y como si hubiera sido una señal aquel himno a la luz cristiana entonado por el orador casi invisible en la penumbra del salón, comenzaron a encenderse las lámparas eléctricas, saliendo de la obscuridad los cuadros, los dorados, los escudos, las figuras duras y chillonas pintadas en la cúpula. Rafael se sentía trémulo, fuera de , embriagado por la facilidad con que desenvolvía su discurso.

El estertor crecía, sonaba más estridente y más lúgubre por momentos. Los sollozos de Clementina y Marcela cortaban por intervalos las notas de aquel ronquido fatal. El duque, trémulo, alterado, se dejó al fin arrastrar de la habitación. D.ª Carmen no volvió a hablar. Tenía los ojos cerrados, la boca entreabierta, el cuerpo tranquilo.

Y Ricardo, pálido y trémulo como el jugador que pone junto a una carta las últimas monedas que le quedan, trataba de arrastrar a su novia hacia la sala, sujetándola fuertemente por la muñeca. María inclinó la cabeza y no dijo una palabra. Se dejó arrastrar sin oponer resistencia, bajando los cuatro o cinco peldaños de la escalera.

Palabra del Dia

atormentada

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