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Porque las cañas y mis salidos huesos en toda la noche dejaron de rifar y encenderse; que con mis trabajos, males y hambre, pienso que en mi cuerpo no había libra de carne, y también como aquel día no había comido casi nada, rabiaba de hambre, la cual con el sueño no tenía amistad.

En su cerebro estalló la palabra grosera con que el vulgo mal hablado nombra a los maridos que toleran su deshonra... y la ira volvió a encenderse en su pecho, sopló con fuerza y barrió el dolor tierno.... «¡Venganza! ¡venganza! se dijo o soy un miserable, un ser digno de desprecio...». Sintió pasos sobre la arena, levantó la cabeza y vio a su lado a Frígilis.

En nuestra hermosa Francia con su frío Noroeste, y lluvioso Suroeste, que en el año que corre ha reinado nueve meses, es preciso poder encender fuego en todo tiempo. En medio de una velada húmeda, cuando su hijo de usted se presenta tiritando y no puede entrar en calor antes de acostarse, debe encenderse un buen fuego.

Elena, animada por la facilidad con que podía apagarse y encenderse este fogón, quiso intervenir en los preparativos culinarios. Pero hubo de resignarse igualmente á reconocer la superioridad de la doméstica cobriza, riendo al fin de su ineptitud para los trabajos domésticos.

Cuando una vela se acaba, debe encenderse otra... Conque tengamos valor, y aprendamos a despreciar... Quien no sabe despreciar, no es digno de los goces del amor... Y por último, simpática amiga mía, ya sabe que estoy a sus órdenes, que tiene en el más rendido de los servidores para cuanto se le ocurra, amigo diligente, reservadísimo, buena persona... Abur. Subió la joven a su casa.

Emprendió la marcha hacia el interior de la ciudad, lentamente, con desaliento, pensando morir; diciendo adiós a todas las ilusiones que aquella mujer parecía haberse llevado consigo al volverle implacable la espalda. ; era un muerto que paseaba su cadáver bajo la luz triste de los primeros faroles de gas que comenzaban a encenderse. ¡Adiós, amor! ¡adiós juventud! Para él ya no había primavera.

Por la noche solía abrir también algunas veces las contraventanas y encender, además de la lámpara, todas las bujías de los candelabros para imaginarse que se hallaba metida dentro de un gran farol. «Desde la ría, esta torre debe parecer un faro y mi habitación la lámpara que acaba de encenderse», se decía con gozo infantil.

Y como si hubiera sido una señal aquel himno a la luz cristiana entonado por el orador casi invisible en la penumbra del salón, comenzaron a encenderse las lámparas eléctricas, saliendo de la obscuridad los cuadros, los dorados, los escudos, las figuras duras y chillonas pintadas en la cúpula. Rafael se sentía trémulo, fuera de , embriagado por la facilidad con que desenvolvía su discurso.

Es un ser que se revela sucesivamente á propio; pero como él mismo, sino como un ser nuevo; un ser que nace y muere, y muere y nace á sus ojos, sin que él propio sepa que el que nace es el que murió, ni el que muere el que nació: una luz que se enciende y se extingue, y vuelve á encenderse y á extinguirse otra vez, sin que se sepa que es la misma. Demostracion.

Casi volaron los vidrios al impulso de este golpe, brutal. ¡Magnífica entrada!... Vió mucho humo, perforado por las estrellas rojas de tres lámparas eléctricas que acababan de encenderse, y hombres que estaban de espaldas ó frente á él en torno de varias mesas. El gramófono gangueaba como una vieja sin dientes.