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Actualizado: 21 de mayo de 2025
No me haría falta más que un poco de amor y tenerla a usted a mi lado para inspirarme buenos sentimientos. El espíritu de Clementina, gratamente impresionado por la niñería de la calle de Serrano, por aquella inocente aventura de colegiala, se inclinaba a los sentimientos idílicos. La buena D.ª Carmen la escuchaba y la animaba con sonrisa cariñosa.
Don Valentín, combatido por los opuestos sentimientos de la compasión y del terror que su mujer le inspiraba, seguía viniendo con frecuencia á informarse del estado de la paciente; pero, en vez de entrar en el cuarto y asomar la nariz á la alcoba, se quedaba fuera y asomaba sólo al cuarto la nariz, preguntando á su hija: ¿Cómo está tu mamá? Clara respondía: Lo mismo; y D. Valentín se iba.
¿Sobre estos deberes le parece á V. si nos dicen algo los sentimientos del corazon? Las luces de la filosofía ¿estan de acuerdo con las inspiraciones de la naturaleza?
Y si a Santaló cegaba el cariño apasionado, y a la tía María la bondad suma, ambos llegaron a la vez a cegar a Stein. Pero después de todo, lo que más le sedujo fue la voz pura, dulce, expresiva y elocuente de María. «Es preciso se decía a sus solas que la que expresa de un modo tan admirable los sentimientos más sublimes, posea un alma llena de elevación y ternura.»
Vuelto al taller, intentó maquinalmente el pintor reanudar su trabajo, pero la voluntad lo abandonaba; nublada la vista, inerte la mano, puso con desaliento sobre la próxima mesa paleta y pinceles, y sentándose sobre el borde de aquélla dióse a cavilar... Sí... Calvat es un miserable... un alma degradada por los desórdenes y la pereza... capaz de todo por satisfacer sus envidias y sus odios... detestaba a Beatriz... siempre la había perseguido con su sorda malevolencia... ahora ya incidía en la calumnia abierta... Esto era palmario... Pero Jacques se decía al mismo tiempo que su mujer, de la cual continuaba tan apasionado cual en el día mismo de sus nupcias, no cesó nunca de manifestar hacia él frialdades de hielo, marmóreas resistencias... Esas frialdades radicaban sin duda en su íntima complexión... mas... Y entonces las pérfidas insinuaciones de la señora de Montauron venían a clavar sus dientes de acero en el alma del desventurado artista. ¡Qué de veces creyó él descubrir en su altiva consorte, esos sentimientos de desdén, de disgusto, de enojo, de arrepentimiento, de que le hablara en cierta conversación memorable la difunta baronesa!... Y esa idea de que Beatriz no lo amaba era para el pintor una tortura dantesca, sólo un momento ahogada en el febril trabajar... Pero, en fin, porque amase más o menos a su marido no dejaba de ser Beatriz quien Beatriz era... ¡Beatriz!... esa casta y altanera criatura a quien él vio sufrir con tanta nobleza su infortunio, a quien él vio rechazar con virtud tanta los protervos consejos, las falaces tentaciones de la suerte adversa... ¡Oh, sí, no había duda! si a él no lo amaba, el honor y el deber eran para ella un culto, y de esos dioses jamás renegaría... Cierto que su simpatía por Pierrepont era manifiesta y evidente, pero, ¿la inocencia de esa propensión no la proclamaba suficientemente esa misma tácita publicidad de que Beatriz la revestía? ¿no se explicaba, sin esfuerzo alguno, por afinidades de nacimiento y de educación, de tradiciones de familia y comunes recuerdos?... ¿El mismo marqués no era citado como viviente símbolo de la más caballeresca lealtad?... ¿Cómo, entonces, infamar a los dos con la sospecha de una duplicidad tan abominable, de una traición tan baja?... y eso por las imputaciones de un ser como Calvat, bajo la fe de una delación que tenía todas las viles apariencias de cualquier carta anónima... Porque las palabras que Calvat tuvo la villanía de poner en labios de Marcelita, Jacques estaba seguro de que la niña jamás las pronunció... y ese indigno Gustavo había contado de antemano con la impunidad, convencido; cual se hallaba, de que Fabrice nunca interrogaría a su hija acerca de tan difíciles capítulos.
Se hablaba generalmente de él como de una pobre criatura bien quebrantada, y ese alejamiento para con su prójimo, que se había atribuido en un principio a su mala voluntad y a la peor de las relaciones, era actualmente considerado como una simple locura. Esa vuelta a mejores sentimientos se manifestaba de distintas maneras.
Es así que en mi interior hay esa realidad, que permaneciendo idéntica, tiene variedad de pensamientos, de actos de voluntad, de sentimientos, de sensaciones, como me lo atestigua la conciencia; luego esto que hay en mi interior es substancia.
Al escuchar su voz, volvió a sentir el joven cortesano el mismo estremecimiento amoroso que le había acometido algunos minutos antes en el castañar. Una emoción deliciosa, una esperanza tentadora de placer sacudió su cuerpo de los pies a la cabeza, arrollando y confundiendo como ola poderosa todos los restantes sentimientos. No quedó más que un deseo.
El conde no está absolutamente desprovisto de buenos sentimientos... Es libre, rico... ¿En qué piensa usted, querida amiga? En la felicidad de Carlos. ¡Usted, que no quería compartir sus derechos con nadie, ni siquiera conmigo!... ¿Y no había en eso un poco de egoísmo? Hay que querer a los hijos por ellos, no por uno mismo. Si él tuviese una fortuna, un nombre...
No puede salvarte ni el saber que no posees, ni la familia que te falta, ni el trabajo que desconoces. Dime, la protección de la señorita Florentina ¿qué sentimientos ha despertado en ti?...
Palabra del Dia
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