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Actualizado: 6 de septiembre de 2024


Además, la causa del desvío de Pepita tenía para mi padre un no qué de fantástico y de sofístico que al cabo debía desvanecerse. Pepita no quería retirarse a un convento ni se inclinaba a la vida penitente: a pesar de su recogimiento y de su devoción religiosa, harto se dejaba ver que se complacía en agradar. El aseo y el esmero de su persona poco tenían de cenobíticos.

Verdad es que Candido le sacaba muchas ventajas á Martin, porque llevaba la esperanza de ver á su Cunegunda, y Martin no tenia cosa ninguna que esperar: y le quedaba oro y diamantes; de suerte que aunque habia perdido cien carneros grandes cargados de las mayores riquezas de la tierra, y aunque le escarbaba continuamente la bribonada del patron holandés, todavía quando pensaba en lo que aun llevaba en su bolsillo, y hablaba de Cunegunda, con especialidad después de comer, se inclinaba al sistema de Panglós.

Una gran parte de dicho equipaje iba amontonado en el techo del vehículo, y al avanzar éste rechinando sobre los profundos relejes abiertos en el polvo, se inclinaba con un balanceo cómico ó inquietante, como si fuese á volcar. En la puerta del boliche se agolparon los hombres libres de trabajo, atraídos por tal novedad.

A este grito contestó otro más espantoso, que lanzamos los del tren al ver que nos faltaba la tierra, que nuestro vagón se inclinaba al abismo, que las maderas crujían, que la locomotora caía despeñada arrastrándonos detrás, envueltos en los materiales del terraplén.....

No quiero decir con esto, que fuese tan apasionado como para no saber guardar un justo medio: hubiese aceptado una república, si la hubiese creído posible, y se inclinaba ante la constancia de ciertos hombres, que luchan de buena fe por una utopía.

El P. Gil se había despojado del sombrero canal, y se inclinaba confuso y molesto bajo aquella fría y escrutadora mirada. El criado se retiró y entornó la puerta. Después de preguntarle por la salud, tardó en hallar palabras el sacerdote. Estará usted enterado, señor, de la desgracia que ha ocurrido hace algunos días en la mar.

En cuanto a la nihilista, su vida no estaba, como la de Zakunine, llena de atrocidad, y la dureza de la suerte que la había dejado sola a la edad de veinte años, la profundidad de sus estudios y la altura de su inteligencia, hablaban en su favor; pero el juez no perdonaba a una mujer, a una niña, el sangriento ideal de la destrucción, y si en algún momento se inclinaba a excusarlo, ese vínculo con el Príncipe le parecía sin excusa.

Casi en seguida, el criado introdujo a Huberto Martholl. Diana se inclinó hacia su prima, murmurando, con aire de triunfo: ¿No te decía que vendría hoy? María Teresa, un poco turbada, la escuchó apenas. Seguía con la mirada a Martholl que, siempre elegante y correcto, se inclinaba profundamente ante la señora Aubry.

¿Ni de duquesa tampoco? ¡Oh, madame la duchesse! Y una de las amiguitas se inclinaba delante de la novia con reverencia cómica que despertaba las carcajadas de las otras. Araceli, lisonjeada, sonreía con benevolencia. ¿No tardarás en tomar la almohada? ¡Quién piensa en eso todavía! respondió Araceli que había pensado ya infinitas veces.

El perro habrá visto á un hombre que se inclinaba hácia el suelo, que despues se movia, y le arrojaba una piedra; y á consecuencia habrá experimentado una sensacion dolorosa; cuando vea pues á otro hombre en la actitud de inclinarse, y en seguida tomando el ademan de la otra vez, echará á correr; porque enlazadas en su memoria las sensaciones de inclinarse, del ademan, y del dolor, se excitará la tercera con la presencia de las dos primeras: y el instinto de preservarse del daño, le inspirará la fuga.

Palabra del Dia

jediael

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