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Cuando se daba cuenta de haberse entregado a estos éxtasis humanos, seducida por las voces sordas de la Naturaleza, un espíritu de religiosa austeridad la hacía estremecerse, y su alma, poseída del afán del martirio y de la santidad, respondía con todas sus escasas fuerzas al reclamo implacable de aquel afán.

En la pared, por bajo de la estampa religiosa que compró Tirso, se veía el mapa de las Provincias Vascongadas y Navarra, en que don José iba marcando la situación de las tropas.

La segunda división, en divinas y humanas, no es tampoco más ingeniosa ni más exacta. Para hacerla no se ha tenido en cuenta la índole religiosa ó profana del asunto; y como este criterio es por instable y arbitrario, salta á los ojos la vaguedad de tal denominación, y lo imposible que es diferenciarlas por completo.

Consérvanse de él, sin embargo, la comedia religiosa que lleva el título de Las cinco blancas de Juan de Espera en Dios, Los competidores y amigos, y otras.

La tendencia antiliberal tan característicamente diabólica, de los políticos turcos, rusos, españoles e hispanoamericanos, a escarmentar siempre al pueblo con un exceso de represión, para quitarle hasta la tentación de reincidir en sus reivindicaciones, es una manifestación ulterior del espíritu diabólico adquirido en la escuela religiosa; y aparece también, por debajo, en la ferocidad de las insurrecciones populares, porque la barbarie no es monopolizable.

Avila resplandecía en el oro húmedo y blanquecino de la mañana, como una pequeña Jerusalén. La religiosa emoción la henchía, la perfumaba. Las flores de los árboles, asomando por encima de las tapias, pendían sobre las callejuelas. Impaciente alegría parecía bajar de las campanas silenciosas y difundirse sobre todo el caserío.

Sólo en Otahiti, cuando llega allí el capitán Cook, se toma por lo serio el hacer en público tales actos como ceremonia religiosa. Fuera de estos casos rarísimos, lo general es que el sigilo y el secreto presidan á los amores.

Todo había cambiado; su vocación religiosa, su pacto serio con Jesús la obligaban de otro modo más fuerte que los lazos demasiado sutiles del deber vagamente admitido por la conciencia, sin pensar en sanción divina. Antes no quería pecar por dignidad, por gratitud, porque... no.

PANTOJA. ¡Ah! señores de la Ley, yo les digo que Electra, adaptándose fácilmente a esta vida de pureza, encariñada ya con la oración, con la dulce paz religiosa, no desea, no, abandonar esta casa. PANTOJA. Ahora precisamente no. PANTOJA. Tenga usted calma. MÁXIMO. No puedo tenerla. EVARISTA. Es la hora del coro. Quiere decir San Salvador que después del rezo...

Con su intolerancia religiosa, abrieron la puerta á las persecuciones contra aquellos hombres que sabian la lengua hebrea, ó cualquiera de las orientales; porque no veian en ellos mas que judíos; i con esto desterraron de España el estudio de ellas con grave daño de la cultura i saber de sus vasallos.