Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 13 de mayo de 2025
Porque, tú lo decías hace un instante y has tenido buen cuidado de explicármelo; se me tolera, se me sufre, pero no se me ama. Si tengo un poco de orgullo, después de lo que me has declarado, debo desaparecer y marcharme á terminar mi vida en un rincón, sola, arrastrando mis últimos días con el pensamiento devorador de que todo el mundo es dichoso, menos yo! Esta vez, era sincera.
Pasaron cuatro días; ya no me acordaba de aquella niña, o si me acordaba era de un modo vago, como la memoria de los días risueños de la juventud. Tenía casi ultimados mis negocios y andaba preocupado con la elección del día para marcharme. Será cosa, a más tardar, del viernes o el sábado, me dije después de comer, encendiendo un cigarro y echándome a la calle.
Ha llegado usted a su casa, señor parisiense me gritó de repente el conductor de la diligencia, y con la fusta apuntaba a mi verde colina, con el molino clavado en la cúspide como una mariposa gigantesca. Bajé del vehículo apresuradamente. De paso junto al amolador, intenté mirar más abajo de su gorro, hubiese querido verlo antes de marcharme.
Rabiando estoy por marcharme repliqué . Vengan acá esos bollos y ese chocolate, que la Sra. Marquesa estará con el alma en un hilo aguardando tan buenas cosas. ¿Y qué le digo a su merced en contestación al recado que tuve el honor de traer? Que está muy bien contestó Inés, apretando su cara contra la reja.
De repente oigo ruido, miro hacia arriba, y veo a Inesilla, asomada por el montante de la puerta, mirándome burlonamente, riéndose y restregándose los puños en ademán de hacerme rabiar. ¿Por qué has hecho eso? le pregunté. Y con la cara muy alegre repuso: Porque me da mucho gusto cuando te pegan. Desde aquel instante no pensé más que en marcharme de la casa.
Pues bien, siempre que no sea malo acortar el nombre sería mucho más cómodo. Entonces, voy a marcharme, maese Marner, y hablaré del bautismo antes de la noche. Os deseo mucha suerte y tengo confianza en que así será, si cumplís con vuestro deber para con la pequeña huérfana... Además, hay que pensar en hacerla vacunar.
Un instante, amigo mío, dijo el antiguo fabricante de pastas; tengo que decir á usted dos palabras antes de marcharme. ¿Dónde hablaremos sin que se nos moleste? Si el señor quiere entrar en el recibimiento, no habrá riesgo de que nadie entre... ¡No! Jamás viene nadie... Marieta está en la cocina y la doncella arriba, en el cuarto de costura.
Aguardábale ella con los brazos abiertos, cuando en vez de recibir el beso esperado, oyó la voz de don Juan que decía: Lo malo es que no tengo fósforos. Bueno... no hacen falta. En vano siguió esperando el beso, prólogo de mayores dulzuras. ¿Sabes, chica, que hoy he recibido carta del agente? ¿Y qué? preguntó con gran vehemencia. Lo peor: que el día menos pensado voy a tener que marcharme.
Ahora sí que anochece. JOAQUÍN. Es que es un chubasco, tonta. El cielo está negro. ISIDORA. Es hora de marcharme. Mira el reloj. Todavía me debes una hora, según lo convenido.
Perdóneme esta indiscreción; pero he visto desde el camino a la señorita Diana que desaparecía tras de los pinos, y no he podido resistir el deseo de verla a usted una vez más, de encontrarme a solas un instante con usted, para darle un adiós menos trivial... ¿El primero lo era entonces? En la forma, si no en el fondo... ¡Siento tanto marcharme! ¿Tanto? Mucho más de lo que pudiera expresar.
Palabra del Dia
Otros Mirando