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Actualizado: 16 de septiembre de 2024


Y tales los de Leila se exhalaron, tan apenados, tan profundos fueron, tan claro al padre su dolor contaron, que sus fieras entrañas abrasaron y su altivez indómita rindieron. «¡Ah de la vida y su tormenta brava! siniestro el xeque murmuró, y sombrío: ¡Surge á la luz la mariposa esclava, el dormido volcan revienta en lava, el arroyuelo se convierte en rio

Ni dinero ni casa, y la pobre compañera enferma, sin otra esperanza que dar a luz su hijo en medio de la calle. La Mariposa repetía con tono estupefacto: ¡Y yo que te creía con posibles, Isidrín!... ¡Y yo que me figuraba que ganabas el oro y el moro escribiendo en los papeles!... Pero su asombro no fue de larga duración.

Y al fin la dijo mi íntimo secreto, tras la prisión de un antifaz discreto, la pena delatora de mis ojos. Como va al sol la inquieta mariposa para besarle en su febril intento, constante iba mi inquieto pensamiento tras la esquiva figura de mi hermosa. El tierno hechizo de su faz radiosa me sonreía en mi amargo aislamiento, añoranza celeste que al momento remozaba mi vida tumultuosa.

Y ruborizándose aún más de lo que estaba añadió en voz baja dirigiéndose a Rodríguez: Cuando niño me ha dicho mi mamá que he padecido convulsiones. ¡Lo ven ustedes! exclamó Pareja en alta voz. Y henchido de entusiasmo dio una vuelta en redondo y su levita flotó como las alas de una mariposa. Sería acaso por la alferecía murmuró el recalcitrante Rodríguez.

Desde el comienzo de junio y de las rosas, en este país del sol sobre azul, en la tierra trigueña del olivo y del laurel, queridos de Febo, está lloviendo, lloviendo a hilos de agua cerrados, continuos, imperturbables, sin un soplo de viento que los tuerza, ni un rayo de luz que los abrillante, formando de las nubes a las calles una movible trama de humedad y de tristeza, en que el alma se agita y se rinde como una mariposa presa en las telas de la araña.

Se asemejaba a brillante mariposa custodiada muchos años bajo un fanal, y que se deshace y convierte en ceniza, no bien se levanta el fanal y una ligera ráfaga de viento toca en ella y la mueve.

Después de algunos momentos de silencio, añadió: Acaso aciertes en tu elección. Es buena muchacha, Juan... aunque un poco atrevida. Y no dijo más. El último rastro de vida se desprendió de aquella cabeza débil, loca y apasionada. Una mariposa que se había posado en su pecho voló, y la mano que apartaron de la cabeza de Carolina, cayó a su lado, inerte.

Cuando, hace cien años, se hizo observar á Reaumur que la hembra del gusano de seda podía producir sin auxilio del macho, lo negó, contestando: «La nada, nada produceEl hecho, constantemente negado y probado de continuo, acaba de serlo fijamente y queda admitido, no tan sólo para el gusano de seda, sino para la abeja y para cierta mariposa, y aun para otros animales.

El joven se encolerizó al pensar en la misteriosa fortuna de la avarienta trapera. El era su nieto, y sufría hambre teniendo derecho a una parte del tesoro oculto. Sintiose de pronto animado por una firme resolución. Iría a visitar a la Mariposa, aprovechando la ausencia de Zaratustra.

Maltrana había oído hablar de las riquezas de su abuela, de un tesoro oculto, que era motivo de misteriosa conversación en todo el barrio. Para rica, la tía Mariposa decían los traperos en la taberna . Esa que tie suerte; no va mas que a casas de título. ¡Las cosas que habrá encontrao esa mujer!

Palabra del Dia

jediael

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