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Actualizado: 28 de julio de 2025


Hízose un silencio embarazoso... Observando que también se sonrojaba Coca, don Mariano pensó: «Parece que la chica es la de los pasteles... Es muy extraño que me los mandara con el nombre de su hermana...» Y, aunque quisiera desecharla, desarrollábase en su espíritu una idea bien halagadora para su vanidad de cuarentón.

Después le colocaron en el Ministerio, y casó con la de Castroponce, que le aportó dos millones. Hízose diputado y gerente del ferrocarril de Albarracín. Aquí empiezan sus triunfos. Como tiene amistad con el ministro y allá se gobiernan bien los dos, hace lo que quiere.

Al otro día hízose anunciar en casa de su tutor, como si hubiera sido un extraño, y esforzándose por aparecer sereno, participole con firmeza desmentida a las claras por sus húmedos ojos, que había alquilado un pequeño palacio en la calle de los Maturinos y que su visita era ya de despedida.

Hízose don Tadeo cargo del recién nacido, entregándoselo, después de apadrinarle, a una honrada mujer, esposa de un colono en tierras que por allá tenía; dio dinero a don José para el viaje, y cuando ya restablecida Manuela, les despidió al pie de la diligencia que había de conducirles a Castilla, les dijo en su lenguaje, algo anticuado y poco natural, pero realmente sincero: «Marchen ustedes tranquilos.

Hízose de rogar este cuanto sufría por una parte la prudencia y exigía por otra el decoro, y teniendo en cuenta sin duda que a buena hambre no hay pan duro, que a falta de pan buenas son tortas y que más vale pájaro en mano que buitre volando, marchó al fin resignado y majestuoso a representar en tierra extranjera la persona de Alfonso XII. Hubo también una dirección de segundo orden para el señor Pulido, y ofrecióse a Jacobo otra plenipotenciaría igual a la aceptada por Butrón.

Todos acudieron al pobre cura de F..., que yacía herido en el suelo. La lluvia de bofetadas que caía sobre las mejillas de Moreno cesó como por ensalmo. Hízose el silencio y vino el arrepentimiento. El ama lloraba y pedía perdón. El presbítero gordo también se recriminaba duramente como causante indirecto de aquella desgracia. El párroco dictaba disposiciones para curar la herida de su colega.

Doña Rebeca hízose toda un puro caramelo, y Narcisa, que tardó en presentarse un buen rato, llegó emperejilada y grave. Era delgadísima y componía mañosamente el desgarbo de sus formas mediante postizos fementidos. Vestía con lujo, y llevaba en la cara vulgar una expresión dura, y muchos polvos de color de rosa.

El rey, irritado contra el obispo D. Sancho, hizo secuestrar por el cabildo todas las rentas: hízose así á 5 de febrero de 1445, dándose su administracion al arcediano de Castro D. Pedro de Córdoba y Solier. Este secuestro duró bastante tiempo, y algunas veces se vió precisado el obispo á pedir al cabildo le socorriese con dinero para atender á sus necesidades mas urgentes.

En medio de sus sollozos, oyose un grito que parecía partir de lo más profundo del alma: ¡Oh, Rodrigo! exclamó, ¡que injusta he sido contigo! M. L'Ambert permaneció soltero. Hízose fabricar una nariz de plata esmaltada, cedió su bufete a su oficial mayor, y compró una casita, de modesta apariencia, cerca de los Inválidos. Algunos buenos amigos alegraron su morada.

Hízose entonces más devoto que nunca, redobló las penitencias, inventó cilicios especiales y feroces disciplinas, sumergiose en incesante plegaria. Su espíritu, hastiado del mundo, buscaba ahora confortarse con el ensueño de la otra vida; pero allí también hallose con tremenda incertidumbre: ¡el destino de su alma, su salvación!

Palabra del Dia

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