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Actualizado: 25 de septiembre de 2024


Hay maridos tranquilos, que tienen la piel dura... que no son muy aprensivos... Vamos, maridos sin vergüenza exclamó Rosa León. Los comensales rieron y la condesa también. A esta clase de maridos no se les hace ningún daño. Pero hay otros susceptibles, de una sensibilidad exquisita y a éstos una falta que en misma tiene tan poco valor puede herirles de muerte.

Parecía que Méjico me estuviese esperando, como uno de esos volcanes bondadosos y bien educados que permanecen tranquilos durante siglos y, apenas un explorador huella su cumbre por primera vez, empiezan á rugir y á soltar humaredas á guisa de saludo.

Crucita opinó que no debía pensarse ya en que aquel endiablado hombre viniese; los chicos mayores se ofrecieron a salir y recorrer toda la Península para buscarle, y D. Benigno propuso que se fueran todos a los Cigarrales donde le aguardarían más tranquilos, libres de la zozobra que embargaba el espíritu de todos en la Corte y Villa.

Si te digo que va a ser preciso un escarmiento; hasta que el pueblo no eche al ajo a este Gobierno y no prenda fuego a la Bolsa, no vamos a quedar tranquilos. Ya empiezas, Agapo, con tu dinamita y tus cataclismos... no me gusta oírte así. ¿Y si no hay más remedio? Para todo lo hay, con la ayuda de Dios; ya se arreglarán las cosas, poco a poco. Ahora, dame esa carta.

No, responde instantáneamente cualquiera que esté en su sano juicio; esperar este accidente seria un delirio; tan seguros estamos de que no se realizará, que si se pusiese nuestra vida pendiente de semejante casualidad, diciéndonos que si esto se verifica se nos matará, continuaríamos tan tranquilos como si no existiese la condicion.

Tell Cuando se desciende de nuestras montañas y se va siempre hacia abajo siguiendo el curso del río, se llega a una vasta comarca abierta, donde los torrentes no espuman, donde los ríos corren lentos y tranquilos. Allí, de todos lados, el trigo crece libremente en bellas llanuras y el país es como un jardín.

Los chilenos mismos suelen preferir esa vía, que les evita los rudos mares del Sur y el cansancio de esa navegación monótona, mientras la ruta del norte presenta mares tranquilos y las frecuentes escalas que aligeran la pesadez del viaje. Una vez abierto el canal, raro será, pues, el buque que vaya a buscar el Estrecho de Magallanes para entrar en el Pacífico.

No es frondoso y quebrado como el Retiro, ni presenta variación de ninguna clase; es una línea recta que se prolonga indefinidamente con cierta severidad clásica y municipal convidando a los graves y tranquilos sentimientos. La línea recta tiene también sus encantos, por más que yo prefiera la curva, como ya he tenido el honor de decir en tres distintas ocasiones.

Pues que no beban, ¡porra!, que nos dejen tranquilos, sin exigirnos que disfracemos nuestros vinos; los guardaremos almacenados para que envejezcan tranquilamente, y estoy seguro de que algún día nos harán justicia viniendo a buscarlos de rodillas... Esto ha cambiado mucho. La Inglaterra debe de estar perdida. No necesito que me lo digas; demasiado lo veo yo aquí recibiendo visitas.

Muchas veces, mientras continúan muy tranquilos bajando á la llanura, un ruido como el del trueno, un estruendo que repercute largamente de roca en roca, les hace volverse súbitamente; acaba de verificarse el derrumbamiento de la nieve y de llenar todo el ancho del desfiladero que acaban de recorrer.

Palabra del Dia

jediael

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