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Actualizado: 24 de junio de 2025


Y abres en cruz tus brazos soberanos, Para llamar a todos tus hermanos, Como un Dios en lo alto de una cumbre. Mujer de fresa y nieve y terciopelo, Suave como los besos de las brisas, En cuyos ojos el azul del cielo Es una flor de luz rota en sonrisas; Hada dormida en pálido y sonoro Ensueño ideal de amores y sigilos, Cuyos cabellos de fragante oro perfumaron a un rey entre sus hilos;

Cuando doña Luz iba por la calle, con Juana, su anciana criada, o cuando iba a la iglesia, grave, silenciosa, vestida toda de negro, con basquiña y mantilla, decían algunos mozos estudiantes, que había en el lugar, y que entendían más hondamente que los demás de estética y de otras doctrinas de amor y poesía, que doña Luz parecía una garza real, una emperatriz, una heroína de leyendas y de cuentos fantásticos; algo de peregrino y de fuera de lo que se usa; el hada Parabanú; la más egregia de las huríes.

El jardín de Falerina .Calderón Trata de la conocida hazaña de Rolando, de Boyardo, cuando vence el arte mágico de la hada Falerina, y pone en libertad á las damas y caballeros cristianos, presos en su jardín mágico.

Pero Lita sabía por qué preguntaba eso. Lo preguntaba porque había oído decir a los sirvientes que los médicos no podían curar su enfermedad. Y ella esperaba que su madrina fuera una hada y la curase. ¿Qué hubiera sido de la Bella-Durmiente-en-el-Bosque sin su hada madrina?... La mamá de Lita, que era muy linda y bien vestida, diole un beso en la mejilla y salió a visitas y compras.

No hay ningún sirviente en el patio y por eso no he mandado ver lo que pasa. Subí hasta la buhardilla más alta pero no pude distinguir nada a causa de los árboles. Espero que no le haya sucedido nada malo a nadie, sin embargo. No ha de ser hada grave, esperémoslo dijo Nancy . Quizás se haya vuelto a escapar el toro del señor Snell como el otro día.

, le hacía la corte a mi novia; la llamaba «encantadora hada graciosa»; contaba aventuras de caza picantes, y explicaba a los que me rodeaban por qué un hombre debe soltar siempre el cascarón antes de casarse... En una palabra, señores, estaba irresistible... Pero la niebla bajaba cada vez más densa. Eso se ve a menudo en las montañas, como ustedes saben.

Empero carecía de medios para procurarse un albergue mejor; tal vez veíase clavado allí por una especie de poder magnético, no osando enemistarse del todo con la terrible hada, á la que profesaba cierto respeto. La citaba pocas veces, y cuando lo hacía solía designarla sin nombrarla, así como el islandés en alta mar no se atreve á citar el Orca, temeroso de que le oiga y se presente.

Se hizo acostar muy temprano. Rezó largamente sus oraciones, pidiendo a la Virgen y a San José que velasen por su madrina... Y se durmió, mirando las tres colchas, que se había hecho poner junto a su camita. Costole mucho dormir. Pero, en cuanto se durmió, se le apareció en su sueño el hada madrina.

¿Cómo? preguntó anhelante Lita, tapándose después la cara con la sábana, llena de vergüenza por su osadía de interrogar a una hada... El hada le contestó que ser buena es ser hacendosa y caritativa con los niños pobres. Los niños pobres se mueren de frío en las noches de invierno.

Lo que sobre todo le había causado disgusto profundísimo, fue la falsa bondad, la cazurra malicia, la perfecta y cruel diplomacia con que esta vieja hada de la falacia la había envuelto y torturado, a fin de arrancarle como final objetivo el más doloroso de los sacrificios, sacrificio mayor todavía ahora por cuanto no escapaba a la penetrante mirada de la huérfana cómo el marqués, al mismo tiempo que no concedía a sus rivales otra cosa que las muestras de una fría urbanidad, reservaba para ella atenciones tan expresivas que rayaban casi en la ternura.

Palabra del Dia

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