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Actualizado: 2 de junio de 2025
El susto de su madre también fue grande, pero trasformose súbito en viva y áspera irritación, de la cual fueron víctimas los padrinos, el médico, los criados, y hasta el mismo Miguel así que se encontró en estado de sufrirla: la gran preocupación de la brigadiera no era que aquél se curase, sino saber quién había tenido la culpa de la desgracia: tan intemperante y desbocada estuvo, que el conde de Ríos no pisó más la casa, limitándose a preguntar todos los días por medio de un lacayo el estado del enfermo.
»Leonela la tomó en brazos y la puso en el lecho, suplicando a Lotario fuese a buscar quien secretamente a Camila curase; pedíale asimismo consejo y parecer de lo que dirían a Anselmo de aquella herida de su señora, si acaso viniese antes que estuviese sana.
No le costaría gran trabajo dejarme vivir con los demás, confundida entre la multitud de los seres que respiran. ¡Ocupo tan poco sitio! Y además, no soy muy cara de mantener. »Por desgracia, hay gentes que se pondrían luto si yo curase y que no se consolarían jamás si me viesen viva. ¿Qué le vamos a hacer? Están en su derecho. He contraído una deuda y tengo el deber de pagarla.
No debió ella de mostrarse muy arisca, porque el otro expresó su deseo de que se vieran más a menudo... Cuando el pobrecito Bringas se curase, ¿por qué no habían de verse con frecuencia y de modo que pudieran hablar con alguna libertad...? Aún había mucho que decir; pero no era posible prolongar el paseíto.
Otro Dia de mañana vinieron alli muchos Indios, i traìan cinco enfermos, que estaban tollidos, i mui malos, i venian en busca de Castillo, que los curase: i cada vno de los enfermos ofresciò su Arcos, i Flechas, i èl los rescibiò, i
Pediría a Dios que curase a aquel hombre tan bueno, a aquel modelo de los padres de familia... «¡Cuánto siento que no pueda usted venir esta noche a mi casa!... De seguro estará la reunión muy brillante, y en cuanto al buffet será de lo más espléndido... Ya, ya le contaré a usted cómo... Hay para rato».
Fisgona impenitente, no había castigo que la curase de la pasión de arrimar, ora el ojo, ora el oído, a todas las rendijas y cerraduras de los aposentos; y, a creerla por su palabra, ¡qué cosas veía y escuchaba en aquellos vedados interiores!
Rita, con toda su aspereza, se dignó consultarle sobre sus jaquecas, y Rafael declaró que el día menos pensado iba a romperse los cascos, para tener el gusto de que le curase el GRAN FEDERICO. Una mañana, la condesa estaba sentada, pálida y desmejorada a la cabecera de su hijo dormido. Su madre ocupaba una silla muy baja, y, como antídoto contra el calor, tenía el abanico en continuo movimiento.
Rojas teniente del señor asistente en la tierra de vra. señoría me mandó que no curase diciendo que no estaba desaminada y sobre ello me prendió y á ruego de ciertas personas me soltó a vra. señoría suplico me haga merced de ¿mandar? que de aquí adelante ningunas ¿justiçias? pueda pedirme cosa alguna y me dexe libremente hazer mi ofiçio porque sí de otra manera ¿pasa? no lo vzar mas.
Viendo, pues, el leonero que ya los que iban huyendo estaban bien desviados, tornó a requerir y a intimar a don Quijote lo que ya le había requerido e intimado, el cual respondió que lo oía, y que no se curase de más intimaciones y requirimientos, que todo sería de poco fruto, y que se diese priesa.
Palabra del Dia
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