Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 11 de julio de 2025


Entonces, mi timidez se trocó en atrevida soberbia, y la miré de hito en hito. Algo de ridículo hubo de haber en mi mirada, pero, o Pepita no lo advirtió o lo disimuló con benévola prudencia, exclamando del modo más sencillo: No se ofenda Vd. porque yo le descubra alguna falta. Esta que he notado me parece leve. La culpa es del señor deán, que no ha pensado en que Vd. aprenda a montar.

Después, volviéndose hacia Ángela, le dijo con voz temblorosa aún por la cólera: Ve a abajo y trae un pedazo de borona y un jarro de agua. Ángela se apresuró a cumplir la orden. El padre fue otra vez al cuarto y colocó uno y otro en el suelo, exclamando: ¡Ahí tienes lo que has de comer y beber mientras seas tan perra!... ¡Yo te bajaré los humos!...

Cualquier actriz le compraría de buena gana aquella actitud y la inflexión de la voz. Gonzalo se detuvo cortado, sin saber qué decir. Salió del compromiso exclamando: ¿No sabes el escándalo que está pasando en nuestra casa?

Cuando ésta, instada por nosotros, le dijo: Como no haya nadie más que estos señores, por bien puede hacerlo. Se levantó con graciosa resolución exclamando: Malo y rogado son dos cosas malas... Vamos andando. Levantámonos todos también con alegría y en pelotón fuímonos a la sala. La hermana María de la Luz iba haciendo gestos de susto y escándalo.

En aquel momento el doctor Lorquin, que se había quedado fuera para desenganchar el caballo, abrió la puerta exclamando: ¡La batalla se ha perdido! Aquí vienen las gentes del Donon; acabo de oír la cuerna de Lagarmitte. Fácil es imaginar cuál sería la emoción de los presentes al escuchar tales palabras.

Don Mariano hizo un gesto de disgusto, exclamando: ¡Vaya por Dios, hijo, vaya por Dios!... Siento que te nos marches ahora... En fin, si es tu gusto... Ricardo guardó un silencio sombrío.

Hasta tocar casi en las primeras casas no alcanzó á sus favorecidas, que sin volver la vista atrás caminaban con toda la celeridad que les consentían sus fatigados pulmones. Al verlas no pudo menos de sonreir exclamando en voz baja: «¡Vaya unas piernas que os ha dado el miedo, hijas míasPasó delante de ellas y saludó cortésmente. Buenas tardes. Buenas tardes respondieron las jóvenes.

Y sin embargo, estoy convencidísimo que, lejos de verse humillado por la comparación, el átomo rebosaría de orgullo exclamando: «Soy grande.» ¡Ah!, ¡rotífero!, ¡rotífero! No conviene menospreciar nada. Conozco muy bien tus ventajas y tu superioridad; mas, ¿sabemos acaso si esa vida de cautiverio que te mueve á risa no es un progreso?

Don Juan miró rápidamente a todos lados, vio que nadie podía sorprenderles, y alargando los brazos, intentó coger las manos a Cristeta; mas ella, echándose hacia atrás, las esquivó temblorosa, exclamando: ¡No! ¡No me toques!... Adiós, adiós. Y al decir esto, se apartó muy despacio.

Inmediatamente que se vió en su casa, se sienta, deshace el nudo que tenia la esquina de un pañuelo, saca cuatro napoleones que habia envueltos allí, y se los mete en el bolsillo exclamando: mucha más falta me hacen á que al señor Alfonso de Lamartine. Con estos veinte francos, haré un vestido nuevo á mi hijo Vicente.

Palabra del Dia

gallardísimo

Otros Mirando