United States or Latvia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Lo que había dicho Angela, era cierto: se iban a la estancia, en junio, en el rigor del invierno, porque su padre... su padre estaba arruinado, y su hermano arruinado, y todos, todos, absolutamente arruinados. La ahogaron los sollozos. Pasó mucho tiempo sin que pudiera hablar, sorda a las palabras de su hija, que se esforzaba en animarla, mostrando cristiana resignación. ¡Estaban arruinados!

En efecto, es una muchacha muy linda y graciosa... pero yo nunca la he hablado más que como un buen amigo... lo mismo que a su hermana Ángela... ¡Qué raticos tan agradables habrá pasado cerca de ella después que la ha puesto mansita! ¿Pero no le digo a usted, hombre de Dios, que no tengo con Rosa más relaciones que las de pura amistad? dijo Andrés bastante picado.

¡Pero, tío, si no hay nada de eso que usted piensa!... Son chismes de lugar... Entro en casa de Tomás como en otras muchas del pueblo... Es verdad que bromeo algunas veces con Ángela y Rosa, pero sin dirigirme en particular a ninguna...

Ni a Rosa ni a Ángela logró echar la vista encima. A quien vio únicamente entre la gente menuda fue a Rafael, el cual, sin saber por qué, le pareció más simpático que otras veces. La remota semejanza con Rosa quizá fuese parte a ello.

Miguel hizo una mueca risueña a su hermana, le dijo adiós con la mano y se dirigió con paso firme a la sala, precedido de la criada, quien al llegar a la puerta levantó la cortina y le dejó el paso. La brigadiera Ángela, que estaba sentada en una butaca, se levantó al ver a Miguel, pero no avanzó a su encuentro.

Al fin era su primogénito, el fruto deseado de sus primeros amores, el depositario de su apellido y el único que podía trasmitirlo, por cuanto de su esposa Ángela no tenía varón: todo se fue agregando en favor del colegial.

A los pocos segundos la desdichada sangraba por todas partes, pero no exhalaba una queja. En cambio, Ángela gemía pidiendo compasión, sin atreverse a intervenir para defenderla. La vara se quebró al medio. Con los cachos aún estuvo aporreándola buen espacio. Cuando se cansó, asiola por los cabellos y la arrastró hasta el cuarto, donde la dejó exánime y ensangrentada.

Sacaron el ganado del establo y lo juntaron todo delante de casa. Ángela y Rosa, en el corredor, sollozaban fuertemente. Rafael daba vueltas en torno de los alguaciles, agitado y tembloroso, con la faz demudada y reventando por llorar. Cuando aquéllos sacaron las cuerdas que traían enrolladas y se dispusieron a amarrar las vacas, estalló en gemidos lastimeros.

Esteven la llamaba su Nanita querida; la madre hablaba de mandar construir un nicho muy dorado con dosel y todo, para meterla dentro, como santita que era; Jacinto la traía regalos siempre que podía, y en cuanto a Angela, caso extraño, su antítesis, el polo opuesto de Susana, la respetaba y miraba como algo superior y sobrenatural.

Bien le , bien le ; pero estaba Ángela despierta y no podía bajar... Por cierto que me hizo reír cuando me dijo: «¿Oyes, Rosa? Ahí está Juan el de la tía María silbando.