Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 14 de octubre de 2025
¿Es decir, que quepo? dijo don Francisco de Quevedo. Donde quiera que estemos nosotros, cabéis vos; pero entrad, que llueve. Desde que llegué á Madrid, que fué el mismo día que llegásteis vos dijo Quevedo entrando , no ha cesado ni un punto de llover; hambre tengo de cielo, y hambre de que no me lluevan desdichas; lastimado ando, y espantado y sin sueño aunque no duermo. ¿A dónde vais?
Muero sin pesar y no tengo miedo. Hace tanto tiempo que no duermo bien, que necesito reposo. Olga Bremer.» El anciano experimentaba un sentimiento de angustia absoluta. Se bamboleaba, apretaba los puños y se golpeaba la frente; en seguida volvió a caer sobre una silla. Es una locura, una completa locura gimió enjugándose las gotas de sudor que cubrían su frente.
¡Yo... me... duermo! agregó Lorenzo. Pues aprovechen... ¡nada!... Recostarse y dormir, que quien duerme come. ¿Y tú? Yo no tengo sueño... voy a leer los diarios. Lorenzo y Ricardo se dispusieron a dormir un rato, acomodándose lo mejor posible en los asientos, no muy amplios, mientras Melchor sacaba los diarios que había puesto en la percha y se ubicaba en un asiento inmediato.
Vienes a visitarme, ¡qué amable! pues, haremos los honores, como corresponde... Esta es mí casa: ¿ves ese caño maestro? ahí tengo el dormitorio; bien tapado por un extremo, echo el poncho y duermo dentro muy abrigado y a gusto; el otro, más pequeño, me sirve de despensa... mi lavabo está enfrente: el río, con agua limpita y fresca... y nada más, no necesito más... hasta chimenea tengo: el sol, de día, y de noche no me faltan ramas secas para hacer una hoguera.
Isidora volvió a pensar en que nunca más saldría a la calle sin guantes. «¿Querrás siempre a este pobre Miquis, que te quiere más?... Desde que te vi en Leganés, me estoy muriendo, no sé lo que me pasa, no estudio, no duermo, no puedo apartar de mí esos ojos, ese perfil divino y todo lo demás». Ella empezó a comer otra naranja, y él la miraba embebecido.
Pero como no nos oye nadie... Las cuatro: ¡qué tarde! Di qué temprano. Ya pronto se levantará Plácido para ir a despertar al sacristán de San Ginés. ¡Qué frío tendrá!... ¡Cuánto mejor nosotros aquí, tan abrigaditos! Me parece que de esta me duermo, vida. Y yo también, corazón. Se durmieron como dos ángeles, mejilla con mejilla. -iii 24 de Diciembre.
Gracias á mi buen Miguel que me he encontrado por ahí, no duermo, ni Dorotea estudia. Cuando habla Cervantes es necesario no vivir sino para escucharle. ¡Qué ingenio! se entiende, cuando no se trata del Pérsiles. Parece mentira que el tan discreto... pero vamos al asunto, y perdone mi buen amigo añadió Quevedo cerrando el libro y dejándolo sobre la cama , ¿traéis con vos á ese sujeto?
Don Mateo sonrió con dulzura, y contestó a aquella impertinencia dando a la niña una palmadita cariñosa en el rostro. Es verdad que debiera hacer eso, hija mía... pero ¿qué quieres? si me acuesto temprano no duermo... Y luego no puedo resistir la tentación de ver estas caritas tan lindas... Venturita hizo un mohín desdeñoso donde se traslucía la satisfacción de verse requebrada.
Sacó Lucía del bolsillo un pañolito de seda, con esmero doblado, lo extendió delicadamente sobre el cojín, y se tendió reclinando la cabeza en donde el pañuelo impedía el roce con el paño sobado del forro. Si me duermo advirtió a Miranda , despiértame cuando pase algo digno de verse. Pierde cuidado contestó Miranda riéndose . Vuelvo en seguida.
«Sí, esta es la tercera o cuarta cama en que duermo... De chiquita... no hago memoria... ¡Ah, sí! Mi madre era rubia, muy guapa: siempre estaba trabajando con almohadillas, encajes y alfileres...; el pelo como el oro, la voz dulce...; debió de ser muy desgraciada. ¡Por qué no habrá vivido mi madre! Luego he dormido en casa de los tíos. ¡Pobrecillos, nunca les abandonaré!
Palabra del Dia
Otros Mirando