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Actualizado: 21 de mayo de 2025
HUEVO MONSTRUO. Se parte media docena de huevos, separando las yemas de las claras; en una vejiga limpia se meten las yemas bien batidas; se tapa y se mete en agua hirviendo hasta que queden duras las yemas; se saca y deja enfriar. Con cuidado se rompe la vejiga, y en otra parte se echan las claras batidas, colocando en medio las yemas ya cuajadas.
Al derredor de los huertos, los jardines y las haciendas y fábricas del valle, se suceden en anfiteatros cortados las colinas cuajadas de viñedos. Debo decir, en obsequio del popular adagio, que me costó trabajo beber buen vino y conseguir buenas pasas en Málaga.
La casa Ohando estaba en la carretera, lo bastante retirada de ella para dejar sitio a un hermoso jardín, en el cual, como haciendo guardia, se levantaban seis magníficos tilos. Entre los grandes troncos de estos árboles crecían viejos rosales que formaban guirnaldas en la primavera cuajadas de flores.
Su mórbida garganta se hinchaba hasta el punto de que parecía no poderla contener la gargantilla de gruesas perlas, con broche de diamantes, qué la ceñía, y la magnífica cruz que pendía de esta gargantilla, se levantaba y descendía á impulsos de la continua dilatación y compresión del casi desnudo seno de doña Catalina; sus hermosas manos cuajadas de cintillos, y sus brazos que dejaban descubiertos hasta la mitad, entre encajes de Flandes, las anchas mangas de su rico traje de brocado blanco, temblaban al hacer el plato á Quevedo.
Córdoba es un vasto laberinto de callejuelas estrechísimas, tortuosas, enredadas, tristes, desiertas, empedradas con guijarros y orilladas por casas pintorescas unas y cuajadas de balcones y celosías, otras desmanteladas ó como truncas; y un laberinto de plazuelas mezquinas é irregulares, de iglesias y conventos, de murallones y patios de aspecto desolado, rodeado de jardines y huertos, de escombros y cortijos.
Con la triple velocidad del Ródano, de la hélice y del viento mistral, extiéndense las dos orillas. De un lado está la Crau, una llanura estéril y pedregosa. Del otro, la Camargue, más verde, que prolonga hasta el mar su hierba corta y sus marismas cuajadas de cañaverales. En cada pontón vese una quinta blanca y un ramillete de árboles.
Su espléndido pavimento de baldosas de mármol blancas y azules; sus cinco naves atrevidas sostenidas por ochenta y cuatro columnas colosales; sus veintitres capillas cuajadas de oro y ricos ornamentos; sus tres enormes rosetones y setecientas cuarenta y siete ventanas ogivales ó circulares cubiertas de vidrios primorosos de colores pintados al fuego; los mil adornos de las columnas y de las setenta y dos bóvedas de las naves, de una ligereza superior; la magnificencia de las sillerías del coro, cuyos bajos relieves son admirables; el esplendor de los tesoros ó joyas que pertenecen al templo; los ecos profundos de los órganos, repitiéndose en mil senos de piedra; la solemne oscuridad del recinto; los preciosos cuadros de pintura que adornan los sombríos muros; y el hormigueo de la multitud de piadosos y curiosos, circulando como átomos bajo la estupenda mole: todo eso hace de la catedral de Toledo, el juéves santo, un monumento que asombra, impone, embelesa y hace enmudecer....
Don Pedro atendía a satisfacer sus menores deseos: en ocasiones se mostraba hasta galante, trayéndole las flores silvestres que le llamaban la atención, o ramas de madroño y zarzamora cuajadas de fruto. Como a Nucha le causaban fuerte sacudimiento nervioso los tiros, no llevaba jamás el señorito su escopeta, y había prohibido expresamente a Primitivo cazar por allí.
Las paredes están cuajadas de pabellones de coquillo colorado, bombas, farolillos, vasos, y guirnaldas de ramaje ó flores de papel. En un rincón se ostenta una lujosa arpa; esto ya quiere decir algo. El centro de la sala lo ocupan dos mesas: en la una están los platos, botellas y repuestos de todas clases. La otra, ¡ah! la otra merece mucha atención. ¡Es la mesa oficial!
Aquellos catorce fuertes son otras tantas ciudadelas que servirán de punto de apoyo a toda tiranía militar, puesto que, cuajadas de soldados, cernirán á Paris en cualquier tiempo en que su poblacion haga algún movimiento en el sentido liberal.
Palabra del Dia
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