United States or Moldova ? Vote for the TOP Country of the Week !


Yo he sido compañera de infancia continuó Freya de mujeres que son célebres por su riqueza en Nueva York, en París, en Londres... Me he tuteado con grandes millonarias que hoy son, por sus casamientos, duquesas y hasta princesas de sangre real. Muchas han pasado junto á sin reconocerme, y yo no he dicho nada, sabiendo que la igualdad de la niñez no es mas que un vago recuerdo...

Doña Beatriz y la Condesa de San Teódulo hablaron largo rato entre y en voz baja, recordando su amistad antigua. A los pocos minutos la Condesa había exigido de doña Beatriz que se volviesen a apear el tratamiento, que se volviesen a tutear como ella recordaba que allá en el pueblo se habían tuteado. ¿Por qué negarse a tamaña amabilidad? Las dos amigas se tutearon en efecto.

El susto que éste llevaba en el cuerpo no le impidió sorprenderse de la confianza extraña del criado. ¡Un señor tan rico, tan noble, tan misterioso, tuteado por un criado!

Antes de almorzar, envié, bajo sobre cerrado, una tarjeta a Pepe Guzmán, con el ruego de que no faltara por la noche a mi casa. Este trámite era del programa formado por . Un detalle que recuerdo bien: al escribir en la tarjeta lo poco que necesitaba, anduve tanteando fórmulas hasta encontrar una en que no se diera tratamiento alguno a mi amigo. ¡Y de qué buena gana le hubiera tuteado!

El tuteo, que pone en un pie de igualdad, que no debe existir entre padres e hijos, no hay duda que disminuye el respeto dijo la marquesa . Dicen que aumenta el cariño; no lo creo. ¿Acaso, hija mía, me habrías amado más si me hubieras tuteado? No, madre dijo la condesa, abrazándola con ternura , pero tampoco os hubiera respetado menos.

El asegura que es de gran familia, pero ¡vaya usted á saber de estos gringos!... Todos los muertos de hambre, al venir á América, la echamos de hijos de príncipes. A éste lo había tuteado Madariaga desde el primer instante, no por agradecimiento, como á Desnoyers, sino para hacerle sentir su inferioridad.

Desde el primer día, Clementina le había tuteado a solas, acostumbrada a aquellas transiciones y conciertos secretos de mujer galante, que ahora favorecía la diferencia de edad. Raimundo no podía acostumbrarse a darla el . Hacía esfuerzos por conseguirlo; pero a lo mejor volvía al usted y seguía la plática tratándola de este modo, hasta que la dama se irritaba y le reprendía ásperamente.

El autor se sintió abrazado y tuteado por una porción de sujetos con quienes jamás en la vida había cambiado un saludo. El gran dramaturgo Estévanez recibía casi tantos plácemes como Tristán por haber descubierto a aquel muchacho y ponerle en el camino de la celebridad. Realmente el viejo se sentía contento y se mostraba orgulloso de haberle adivinado.